La oposición no tenía argumentos, discurso, plataforma política para enfrentar a Morena. Tampoco tenía candidatos, candidatas con liderazgo.
Los partidos que contaban con personas con prestigio y carisma, como el caso del PRI de Nuevo Léon con Clara Luz Flores, cometieron grandes errores, como el de golpear en exceso a la alcaldesa de Escobedo... y la obligaron a buscar contender en las elecciones de 2021 representando al partido del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En la mencionada entidad, como en las otras en las que se elegirán gobernadores, gobernadoras el próximo año —con la excepción de Querétaro—, iba a arrasar Morena con toda seguridad.
Iba a ocurrir así, pero, ni hablar, las cosas han cambiado. Las modificó Andrés Manuel. No le gustan las victorias fáciles y decidió fortalecer a la oposición.
Las quejas sobre el pacto federal de los gobernadores de la Alianza Federalista no le importaban a nadie, pero... AMLO las puso en el centro del debate nacional. Los retó a organizar consultas en sus entidades para preguntar a la gente qué opina sobre una posible ruptura del mencionado pacto.
Los gobernadores le tomaron la palabra al presidente de México y el ambiente se ha enrarecido porque, increíble, ahora pareciera estar naciendo en nuestro país algo en lo que ni siquiera pensábamos: el separatismo.
Entiendo, desde luego, que lo planteado por los gobernadores de oposición no lo permite la Constitución, pero... ¿valía la pena tanta división entre nosotros?
Este es un enfrentamiento de posiciones políticas que, por lo menos en Nuevo León, estado que conozco muy bien, podría complicar las cosas a Clara Luz. No tanto, afortunadamente para ella; Movimiento Ciudadano, suicida, ha rechazado ir en alianza con el PAN. Prefiere el partido de Dante Delgado quedar en cuarto lugar con Samuel García, que pelear el triunfo con Luis Donaldo Colosio Riojas abanderando a los dos partidos.
No todo es negativo, hay que destacarlo. En Nuevo León se decidirá, además de quién gobernará el estado después de Jaime El Bronco Rodríguez, si la gente aprueba la politica de distribución del gasto federal de la administración de Andrés Manuel —concentrada, en mi opinión adecuadamente, en las regiones más pobres de México—, o bien, sin llegar al imposible rompimiento del pacto federal, si la más próspera entidad norteña exigirá todavía con más fuerza que el presidente de la república dé un giro radical a su gobierno.