Me sorprendió el artículo de ayer de un columnista serio y, en los últimos años, mejor informado que casi todos sus colegas, el señor Salvador García Soto, de El Universal, quien también conduce un noticiero —con cada día mayores niveles de audiencia— en un proyecto informativo bastante joven, pero ya bien consolidado, Heraldo Radio.
Me sorprendió e inclusive escandalizó el escrito de García Soto desde el título de su colaboración de ayer en El Universal “Operación CDMX, limpia de opositores”. Cito y comento algunas de sus tesis, que considero absolutamente falsas
Figuras prominentes
Dice García Soto: “A unos días de que empiecen las campañas para las elecciones de junio, en la Ciudad de México… están pasando cosas que afectan y eliminan, extrañamente, a figuras prominentes de la oposición política”.
Mi comentario: ¿Eliminación de “figuras prominentes de la oposición política”? El columnista habla de Leonel Luna, quien falleció en un accidente, y de Diana Sánchez Barrios, la líder de comerciantes ambulantes enriquecida en exceso en forma ilegal, quien recientemente fue arrestada acusada de extorsión agravada y robo en pandilla agravado. Es de mal gusto hablar no en los mejores térmios de la gente que ha muerto, pero en este caso resulta inevitable hacerlo. El señor Luna y la señora Sánchez Barrios están lejos de ser “figuras prominentes de la oposición”, si acaso a la palabra “prominente” le damos un significado positivo. De hecho, él y ella si por algo han destacado, es por su enorme desprestigio, que en tiempos electorales no suma, sino resta votos.
Opositores
Dice García Soto: “Pareciera que, intencional o no, están empezando a limpiar de opositores incómodos con métodos que apuntan a las operaciones maquiavélicas y turbias del viejo sistema… El caso de Leonel Luna, con un dictamen de impericia, exceso de velocidad y alcohol, deja muchas dudas sobre las condiciones reales en que ocurrió el accidente. Parece muy claro que en la Ciudad de México, con o sin el consentimiento de la doctora Claudia Sheinbaum, se ha puesto en marcha una ‘operación limpieza’ de opositores incómodos y peligrosos para Morena en las próximas elecciones”.
Mi comentario: Desde luego, existe en la Ciudad de México una operación limpieza, pero no para eliminar a la mala opositores —esta tesis no es seria—, sino para limpiar de corrupción al gobierno capitalino que tanto se ensució durante la pasada administración. Y sí, esta necesaria higienización la encabeza Sheinbaum, cuya trayectoria académica y política se ha caracterizado siempre por el respeto absoluto a los valores éticos.
¿Es en serio?
Dice García Soto: La operación de ‘limpieza de opositores’ la realiza la CDMX en forma “conjunta con la Federación, que hoy recurre a instrumentos tan burdos y crueles como el uso político de la justicia o los ‘sospechosos accidentes de automóvil’ que eran tan propios del viejo PRI (remember Manuel J. Clouthier)”.
Mi comentario: No es moralmente aceptable decir que en la 4T se recurre a los “sospechosos accidentes de automóvil que eran tan propios del viejo PRI (remember Manuel J. Clouthier)”. Seguramente el columnista de El Universal no pensó bien las cosas por falta de tiempo y exceso de trabajo. Carece de toda lógica comparar con el sexenio de los crímenes políticos, el de Carlos Salinas, con dos gobiernos guiados por la ética — el de AMLO y el de Sheinbaum—. Un columnista ya tan importante como Salvador García Soto no merece que las prisas le lleven a publicar artículos que, escritos por alguien con una trayectoria menos relevante, parecerían dictados por enemigos políticos —estos sí, perversos y mafiosos— de la jefa de gobierno Sheinbaum y el presidente López Obrador.
De Mauleón
Un día después de publicado en El Universal el artículo de García Soto, en el mismo diario Héctor De Mauleón tocó el tema del accidente en el que murió Leonel Luna.
De Mauleón no acusa a Sheinbaum —aunque sí cita a García Soto y su teoría de la “limpia” con propósitos electorales—, pero rechaza que el fallecimiento de Luna hubiese sido causado por un accidente.
El columnista De Mauleón empieza confesando que tenía comunicación con Leonel Luna sobre temas raros. Dijo que días antes de su muerte el exdelegado en Álvaro Obregón le envió información incompleta sobre algún asunto. El señor Luna se comprometió a mandarle más datos, pero “la nueva información nunca llegó”, ya que Leonel Luna murió la madrugada del domingo 14 de marzo “en un supuesto accidente automovilístico”.
¿Qué información incompleta le dio Leonel Luna al columnista De Mauleón? “Que el ex director general de Gobierno de Álvaro Obregón, Erick Reyes León –‘actual coordinador de la campaña de Layda Sansores en Campeche'– había entregado los cargos más relevantes en Vía Pública a individuos ‘que forman parte de la banda del Maestrín': entre ellos, los hermanos Pedro Cid Caballero, alias El Perris, y Mario Cid Caballero, alias La Sombra”. Todos ellos, por lo que entiendo, narcomenudistas violentos.
Es decir, Héctor de Mauleón intentar refutar, con cierto cuidado en la redacción, que Leonel Luna muriera en un accidente. Admite que es posible que se accidentara, pero tal persona “recababa información delicada en los días anteriores a su muerte, sobre la crítica condición que priva en una alcaldía escandalosamente infiltrada por el crimen, la violencia y la corrupción”.
El accidente
Todo lo que he leído me ha convencido de que está plenamente demostrado que Leonel Luna, por descuido o cansancio, se accidentó. No hay nada que lleve a la conclusión de que se trató de un homicidio, ni por razones políticas ni por venganzas del crimen organizado. Defender la hipótesis del asesinato solo responde a ganas de generarle problemas a la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, cuyo único pecado ha sido el de poner orden, sin importarle el costo a pagar, en el tiradero que le dejaron los funcionarios de la anterior administración en la CDMX.