Entiendo que a algunas sobrecargos de las aerolíneas les molesta que se les llame azafatas. Por el origen de la palabra: criadas de la reina. No es mi intención molestar a nadie, así que me disculpo en caso de generar cualquier tipo de ofensa. En realidad, de quienes quiero hablar es de los azafatos en el Tour de Francia, tal como los menciona la prensa española.

Si internet no miente, el primer diccionario de la Academia Española, define azafate de esta manera: 

“Oficio de la Casa Real, que sirve una viuda noble, la cual guarda y tiene en su poder las alhajas y vestidos de la Reina, y entra a despertarla con la Camarera mayor, y una señora de honor, llevando en un azafate el vestido y demás cosas que se ha de poner la Reina, las cuales va dando a la Camarera mayor, que es quien las sirve. Llámase Azafata por el azafate que lleva y tiene en las manos mientras se viste la Reina”.<br>

Real Academia Española (1726)

Azafate (del árabe as-safát) es una canastilla o bandeja. La Real Academia Española sigue considerando, entre sus definiciones, a la azafata como “criada de la reina, a quien servía los vestidos y alhajas que se había de poner y los recogía cuando se los quitaba”.

Espero que en el Diccionario de la lengua española sus editores ya eliminen esa definición por sexista (habla solo de “criada” y no de “criado”, esto es, supone que la reina o el rey no pueden tener azafatos).

En las otras definiciones de la RAE sí hay azafatas y azafatos:

√ “Persona encargada de atender a los pasajeros a bordo de un avión, de un tren, de un autocar, etc.”.<br>√ “Empleado de compañías de aviación, viajes, etc., que atiende al público en diversos servicios”.<br>√ “Persona que, contratada al efecto, proporciona informaciones y ayuda a quienes participan en asambleas, congresos, etc.”.<br>

Diccionario de la lengua española

Menciono lo anterior porque este lunes la nota más importante relacionada con el ciclismo mundial tiene que ver con el debut de los azafatos en el Tour de Francia, que empieza en Niza el próximo sábado.

Es noticia porque durante toda su historia solo habían sido azafatas las encargadas de premiar a los ganadores de las etapas y la clasificación general. Ahora participarán una azafata y un azafato. Creo que algo así ya se había hecho en la Vuelta a España.

Si mis fuentes no fallan, azafata como auxiliar de vuelo se empezó a usar en 1956, hace tantos años —exactamente cuando muchos ancianos de hoy nacimos—. Pero fue hasta 2014 que la RAE se dio cuenta de la existencia de azafatos.

Nadie debería molestarse por ser auxiliar de otra persona. Las jerarquías son fundamentales para el desarrollo de una sociedad. En todos los colectivos humanos alguien manda. El resto obedece.

Hasta en la organización divina de los angelitos en el cielo hay jerarquías. Esto cualquiera lo sabe, ¿no? Los serafines, al lado del trono de dios, tienen un nivel superior al de los querubines. Pero los arcángeles mandan más, o eso supongo. En el infierno también hay un orden jerárquico: Lucifer es jefe de Belcebú, aunque quizá Satanás tenga mayor relevancia que los otros dos.

Espero que a partir del sábado el Tour dé mejores notas que los azafatos. No participará Chris Froome y, por lo tanto, no hay favorito, pero si se me exigiera apostar, diría que el esloveno Primož Roglič vencerá al colombiano Egan Bernal.

Me parece que Roglič tiene mejores azafatos que Bernal —gregarios o domésticos (sinónimos de criados), llaman en el ciclismo a los pedalistas que tienen la única función de apoyar al líder del equipo—. 

Calderón al servicio de García Luna

Los azafatos —las azafatas— son fundamentales para que alguien llegue campeón a la última meta. Sin un gran equipo, la estrella del futbol no brilla. Es el caso de Messi en el Barcelona. Lo mismo ocurre en las empresas o en la política.

Genaro García Luna acumuló tantísimo poder porque tuvo un criado (doméstico, gregario, azafato) de gran lujo, Felipe Calderón.

Sí, ya no hay duda, Calderón trabajó para García Luna —en sus ratos libres colaboraba con Odebrecht, por ejemplo a través del contrato Etileno XXI—; entonces, por tal motivo, don Felipe debe correr la misma suerte de su jefe, don Genaro, acusado de haber pactado con el cártel de Sinaloa cuando dirigía la estrategia de la fallida guerra contra el narco.