Y a ninguno de los críticos de Andrés Manuel se le va a perseguir. No lo hará el gobierno federal, tampoco las administraciones locales surgidas Morena, como la encabezada por Claudia Sheinbaum de la Ciudad de México.
Tampoco sufrirá ningún castigo quien insulte a López Obrador. En la democracia se vale eso y mucho más.
Claro está, las personas que cuestionan y ofenden deberán aceptar que se les responda. Es decir, no ponerse a chillar si se les enfrenta. Porque en la democracia se vale debatir con fuerza.
El presidente AMLO prácticamente a diario refuta a sus críticos en las mañaneras, en un ejercicio democrático de pleno respeto a la libertad de expresión.
Andrés Manuel no ha contestado insultos con insultos, y espero que no lo haga. Bastante mal se vio el tal Brozo llamándolo “pinche presidente” en un video; peor se vería Andrés devolviéndole el agravio con un —quizá merecido, pero inadecuado— “payaso pendejo”.
Si le preguntan, creo que el mandatario dirá que no está de acuerdo con el uso de improperios y manifestará su respeto a Brozo y a todos los histriones de medio pelo metidos a teóricos de la política.
Por cierto, exactamente eso hizo Claudia Sheinbaum cuando comentó que las palabras de Brozo le parecían una falta de respeto y se preguntó a qué intereses sirve un comediante tan lamentable.
Desde el gobierno no se le ha hecho nada indebido ni autoritario ni ilegal a Brozo. Ni se le aplicará ningún tipo de castigo. Tiene derecho a ser un idiota que busca la gloria a través del escándalo generado por las malas palabras.
No estoy de acuerdo, pero no me meto con las estrategias de promoción del payaso tenebroso, quien ya no es gracioso, sino que empieza a verse un poquito mamón.
Eso sí, mucha gente en las redes sociales partidaria de AMLO decidió, en ejercicio de su libertad, ponerle una madriza a Brozo, a quien le sobraron defensores en un relajo tuitero que, la verdad sea dicha, en sí mismo no tiene la menor importancia.
El problema es que los críticos no aguantan que se les critique. Hace unos días vi a mi amigo Raymundo Riva Palacio en un restaurante. Y vieran lo que pasó.
A Riva Palacio he criticado aquí porque se me ha pegado la gana hacerlo. Pensé entendería mi trabajo, él que todos los días cuestiona muy fuertemente a personas con relevancia pública. Me equivoqué. Indignadísimo y con gestos de defensor a morir de su dignidad no me quiso saludar. Confieso que desde entonces no duermo por la preocupación.
¿Qué hizo Brozo ante las críticas correctas, como la de Sheinbaum y de muchas otras personas —y ante los insultos de tantas otras personas—? El payaso se tiró al piso:
"Chamacos y chamacas, por su apoyo y su cariño, por su sentido del amor y del humor: Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias. Pasaré lo que pasare y véngase como se venga. #AlPoderSeLeRevisaNoSeLeAplaude".
Payaso Brozo
Ya tenemos otro mártir de la libertad de expresión. Está reñida la competencia este sexenio por encontrar al ganador o ganadora del título Miss Aristega o Míster Aristego 2018-2024.
Carlos Loret, El Universal completo, Reforma, Brozo, Pablo Hiriart, Riva Palacio, Denise Dresser, Ricardo Alemán, etcétera encabezan la carrera por ser —de mentiritas— lo que Carmen Aristegui fue de verdad en pasados sexenios: la víctima de terribles persecuciones políticas contra una persona que ejercía el periodismo honesto.
Bien lo dijo Karl Marx (hoy de moda y aun obligatorio en la Tesorería de la Federación): En la historia los hechos se dan dos veces, la primera como tragedia y la segunda como farsa. Tal cual, vamos de la muy seria Aristegui al muy mamila payaso Brozo.