Salvador Camarena, en El Financiero, difundió ayer una columna irresponsable, en mi opinión: “Que se mueran los pobres”. Claramente su intención era la de subrayar el hecho, falso, de que en el actual gobierno solo fallecen víctimas de covid las personas que no tienen acceso a los hospitales privados.

Un día después corrigió de alguna manera. En el mismo diario publicó “Las otras (añejas) causas de la muerte de los pobres”. Es decir, aclaró lo que en su primer escrito olvidó: que se originaron en las administraciones federales anteriores los serios problemas del sistema de salud en el que se atienden los mexicanos, las mexicanas de menores ingresos.

Se agradece la rectificación, pero debió haber sido más serio en su primer columna. No lo hizo porque él es “director general de Investigación Periodística en Mexicanos contra la Corrupción”. Sí, la organización, que no pocas veces parece golpista, patrocinada por Claudio X. González.

Entiendo que el señor Camarena, que ha sido un buen periodista, traicione a la objetividad para quedar bien con su patrón. Algún día, cuando se aleje de Claudio X., publicará una mínima investigación acerca de quién es verdaderamente este empresario y qué busca. Ya se arrepentirá de haber colaborado con alguien que, para muchos, solo busca acabar a la mala con el prestigio de Andrés Manuel López Obrador para hacer posible otro tipo de gobierno, más favorable a los intereses empresariales de potentados que se enriquecen de sucia manera.

Creo que un México verdaderamente democrático debe seguir luchando, como ocurre actualmente, contra la pobreza. Solo el fanatismo negaría que AMLO es el primer presidente que realmente intenta solucionar ese que es el peor de los problemas de nuestro país.

Y sí, en la consolidaciòn de la democracia mexicana estorban organizaciones con demasiado dinero y escasa decencia como Mexicanos contra la Corrupción. No deseo a esta asociación civil “sin fines de lucro” que desaparezca. Lo que debe morir es su fachada de “investigaciones”, que quizá serían buenas si no tuvieran intenciones políticas más que indecentes, golpistas. ¿O no ve el señor Camarena el golpismo de don X.?