Un rato después de que terminó la etapa más aburrida del Tour de Francia —la de mañana jueves será, como la de ayer martes, bastante montañosa y por lo mismo mucho muy emocionante—, todavía desconcertado por la sanción absurda de 20 segundos que le costó el liderato a Julian Alaphilippe, decidí abrir el sitio de internet del diario Reforma.
Me llamó la atención su nota principal. Era un video que anunciaba lo siguiente:
"¿Se acabó la corrupción en México?"<br>"Grupo Reforma y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad discuten su encuesta más reciente junto a Lorena Becerra, Sofía Ramírez, María Amparo Casar y Javier Risco".<br>
Diario Reforma
No es la primera vez que Reforma y la ultraderechista organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad realizan juntos un trabajo. Es decir, MCCI paga y el periódico propiedad de la familia Junco pone el trabajo.
No critico que Grupo Reforma se financie como mejor pueda, pero llama la atención que un periódico que ha sido muy serio en otras épocas se preste a ser el maquilador de los estudios difundidos por un grupo abiertamente profascista que, evidentemente, tiene el único interés de golpear a la 4T y al presidente Andrés Manuel López Obrador.
En la presentación del estudio basado en la encuesta aplicada por los técnicos de Reforma —específicamente por la señora Lorena Becerra— los directivos de MCCI preguntan: “¿Qué tanta corrupción hay en México?”.
Una pregunta tan compleja evidentemente no puede responderse con una encuesta, sobre todo si quienes la han financiado y aplicado están, con tal ejercicio, corrompiendo al oficio del periodismo.
No es una buena noticia que el poder económico de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, que dirige María Amparo Casar, una mujer que, me consta, es corrupta, haya convertido al otrora gran periodismo de Reforma en un vulgar forofo —definición de la RAE: "partidario entusiasta de alguien o algo"— de la derecha más conservadora que insiste en debilitar a la mala, esto es, con mentiras, al gobierno de Andrés Manuel.
Se comprende ahora que Reforma haya cuchareado tanto, desde luego contra AMLO, su más reciente encuesta de aprobación del presidente de México.