"Tengo dinero en el mundo<br>Dinero maldito que nada vale".<br>
José Alfredo Jiménez
Karl Marx sabía que todo se compra y se vende, hasta los huesos de los santos.<br>
Mencionado en ‘Técnica y civilización’
Además de recetar a la sociedad mexicana la vacuna contra el covid-19, los doctores Jorge Alcocer Varela y Hugo López-Gatell deberían prescribir a todos en nuestro país, empezando por el gobierno, una pequeña dosis de realismo tomada antes del desayuno durante al menos 15 días.<br>
Mi carta a Santo Clos y a los Reyes Magos
La Royal Society
Dice Wikipedia que la Royal Society (Royal Society of London for Improving Natural Knowledge) “es la sociedad científica más antigua del Reino Unido y una de las más antiguas de Europa”. Se fundó en 1662, “se reunía una vez por semana y para evitar que se desviara la discusión de su propósito original estaba prohibido hablar de la divinidad, asuntos de estado o actualidad, limitándose los temas a tratar a la nueva filosofía y materias relacionadas —medicina, anatomía, geometría, navegación, estática, mecánica, etc.— y los experimentos”.
Entre sus miembros famosos Wikipedia incluye, entre otros, a Charles Darwin, Alexander von Humboldt, Benjamin Franklin, Carl Friedrich Gauss, sir Isaac Newton, Santiago Ramón y Cajal, Stephen Hawking, Adam Smith, Albert Einstein, Alan Turing y Louis Pasteur.
No lo dice Wikipedia, pero vale anotar lo que al respecto escribió Lewis Munford, quien según el mencionado sitio de internet es un “sociólogo, historiador, filósofo de la tecnociencia, filólogo y urbanista estadounidense”.
En su libro Técnica y civilización Mumford se pregunta lo siguiente:
"¿Fue una casualidad que los fundadores y patrocinadores de la Royal Society —en verdad algunos de los primeros experimentadores en ciencias físicas— fueran los mercaderes de la City?"<br>
Lewis Mumford
La City ha sido desde hace siglos no solo el centro económico de Londres, sino unos de los áreas financieras más importantes del mundo, o tal vez la más importante.
Pero sigamos citando a Mumford:
“El rey Carlos II podía reírse sin freno al oír que aquellos caballeros habían pasado el tiempo pesando el aire; pero sus instintos estaban justificados y sus procedimientos eran correctos: el método mismo pertenecía a su tradición y en ello iba dinero”.<br><br>“El poder que era la ciencia y el poder que era el dinero eran, en fin de cuentas, la misma clase de poder: el poder de abstracción, de medida, de cuantificación”.<br>
Lewis Mumford
Desde el nacimiento del capitalismo todo en el mundo se reduce, a final de cuentas, a dinero. Mumford cita al mismísimo Karl Marx, quien no ignoraba tal realidad:
“Como el dinero no revela lo que ha sido transformado en él, todo, sea una mercancía o no, es convertible en oro. Todo se hace susceptible de compraventa. Ni siquiera los huesos de los santos son capaces de resistir esta alquimia”.<br>
Karl Marx
Las vacunas contra el covid
En su emotivo mensaje navideño, pronunciado en Palacio Nacional al lado de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó como “un milagro” el hecho de que se hubiera desarrollado tan rápidamente, en menos de un año —récord histórico—, la vacuna para empezar a derrotar al covid-19. AMLO dijo que este es un acontecimiento para tener fe en el futuro.
{username} (@lopezobrador_) December 25, 2020
“Es algo inédito, se le debe a la ciencia, a los que trabajan en este campo tan importante, el que se tenga esta vacuna”, expresó el presidente de nuestro país. Y es verdad, el avance espectacular se debe a quienes trabajan en la industria de la ciencia, incluidos quienes pagan y en más de un sentido mandan, sus inversionistas.
La ciencia neoliberal
Tal agradecimiento, debería precisarlo el presidente López Obrador, lo ha dirigido abiertamente a una actividad humana que su gobierno pretende erradicar, la ciencia neoliberal, es decir, la que tiene como fin último no únicamente el bienestar de la humanidad, sino algo mucho más vulgar: ganar dinero.
Los desarrolladores de las vacunas que mejor funcionan, la de Pfizer-BioNTech y la de Moderna —esto es, sus científicos, inversionistas, administradores, etcétera— si juegan a la demagogia o la hipocresía podrán decir que trabajaron tanto y aportaron enormes sumas dinero en la investigación solo por amor a la humanidad, pero evidentemente no les vamos a creer… ¡¡¡Lo hicieron por dinero!!! Claro está, no les juzgaríamos si cometieran el pecado venial de presentarse como benefactores de la sociedad.
Espero que Andrés Manuel reflexione sobre las fortunas que ya han sumado a sus patrimonios todas las personas que han trabajado en las vacunas de Pfizer-BioNTech y de Moderna. Porque un logro tan importante, que será premiado con el Nobel y recordado en una de las páginas más brillantes de la historia mundial, además de tener que ver un poco con la ética, parte del supuesto de que científicos e inversionistas neoliberales vieron una oportunidad de negocio, compitieron con otros que buscaban lo mismo y ganaron.
Entiendo el modelo económico de la 4T, su rechazo a lo peor del neoliberalismo. Pero el afán de lucro no morirá por decreto. En ese sentido hace el ridículo María Elena Álvarez-Buylla, directora del Conacyt, cuando por ejemplo, argumenta que la “ciencia neoliberal” puede ser sustituida por la “soberanía tecnológica”. Ella más bien debería fomentar que muchos más científicos mexicanos buscaran enriquecerse desarrollando innovaciones para invadir los mercados, desde luego asociados con empresarios privados.
El mundo es así y no se ve que vaya a cambiar en el futuro que más o menos podemos ver. Como dijo Marx, hasta los huesos de los santos se venden y se compran. O lo aceptamos como sociedad o nos rezagamos todavía más.
¿Por qué prohibir las vacunas en hospitales privados y las vacunas pagadas por empresarios?
El gobierno de México está decidido a gastar más de mil millones de dólares para vacunar solo a una parte de la población de nuestro país. Ya saborean ese dineral los ultraneoliberales accionistas y científicos de Pfizer-BioNTech y de Moderna. Me da mucho gusto, me alegra que vayan a ser todavía más ricos.
¿Por qué los jefes de la estrategia contra la pandemia en México, Jorge Alcocer Varela y Hugo López-Gatell, quieren beneficiar a los empresarios y trabajadores de Pfizer-BioNTech y de Moderna, pero no a los propietarios y al personal de las empresas mexicanas?
Se han negado a escuchar a los empresarios mexicanos que, simple y sencillamente porque les conviene, desean pagar ellos mismos —para tenerlas mucho más rápido a su disposición— vacunas para unos dos millones de trabajadores.
¿Cuál es el problema de autorizarlos a buscar sus propios contactos —por ejemplo con cadenas de farmacias o con hospitales de Estados Unidos— para realizar campañas de vacunación en sus centros de trabajo? ¿En serio algo así atenta contra la soberanía nacional? No manchen.
Y bueno, ¿por qué invitar a la gente de dinero en México a irse de viaje de turismo vacunacional a Estados Unidos o a Europa a ponerse la vacuna contra el covid? ¿Por qué no permitir que los hospitales privados de nuestro país hagan su negocio vacunando a sus clientes? Antes de que se haya cumplido la cuarta parte de la meta de vacunación en México, ya será posible pagar vacunas en farmacias o centros de salud privados de los países ricos.
Si son listos, y sin duda lo son, Alcocer Varela y López-Gatell ya deben haberse dado cuenta de que, como no llegó a México la vacuna tetravalente contra la influenza —o solo se le vio por aquí en pequeñas cantidades y de contrabando—, muchas personas de clases altas compraron boletos de avión o se subieron a sus propios aeroplanos para irse de fin de semana a San Diego, Houston y Miami y adquirir y aplicarse dicha vacuna en las farmacias CVS, Rite Aid, Walgreens o como sea que se llamen.
En fin, por lo menos la 4T ha aceptado con más de mil millones de dólares de gasto ya programado, que la ciencia neoliberal es valiosa y que tiene sentido pagar lo desarrollado por investigadores e inversionistas ambiciosos, codiciosos y enamorados del dinero maldito que nada vale.