Irma Eréndira Sandoval, secretaria de la Función Pública está infectada de COVID, lo cual no tiene nada de particular. El problema radica tanto en ella como en las personas que se reunieron el 17 de abril de no guardar “Susana distancia”.

No, seguramente en ese momento no sabía que estaba infectada, pues por lo compartido de la SFP, lo supo hasta el día 20 de abril. Sin embargo en la foto de la reunión en cuestión, compartida por ella no se ve en ningún momento se guarde la distancia señalada y ya no se diga el uso de cubrebocas, sugeridos por Claudia Sheinbaum, la OMS y desestimados por López Gatell.

El movimiento se demuestra andando reza el refrán o una acción vale más que mil palabras. Lo cual queda patente en estos casos. Poco sirve las peticiones del gobierno de guardar una sana distancia, si al momento de los ejemplos demuestran que solo queda en el discurso. Y nadie dice que no trabajen, pero hoy en día, bien podrían hacer la misma reunión vía virtual. Si era tan necesario el tener que reunirse de forma física, sí podían haber buscado un salón más grande, con más distancia entre cada uno de ellos.

Las dudas continúan. Todos los que están en la foto compartida por Irma Eréndira ¿ya se aislaron?, ¿ya les hicieron la prueba? O de a perdis, ya avisaron a sus compañeros de trabajo y familia que estuvieron con alguien contagiado, digo, para que si ellos no quieren, al menos las personas a su alrededor lo hagan.

Como si todo lo anterior no fuese suficiente, el secretario en funciones, subsecretario de nombre López Gatell dijo que se investigará y se sancionará a quien haya filtrado la confirmación del contagio de la secretaria pues es una grave violación a la ética del servicio público.

Está equivocado. La grave violación a la ética del servicio público fue dada por ella y por quienes no informaron a tiempo de que estaba infectada. Máxime cuando estuvo en contacto con muchas personas y no solo las de la foto. El ser servidor público conlleva también estar ante el escrutinio público y dar cuentas de forma transparente en tiempo y forma. Lo cual no solo se circunscribe a los recursos del Estado. También a su situación personal y cómo impacta con sus acciones a quienes le rodean.

Su responsabilidad como funcionaria pública es cuidar, respetar y vigilar el bienestar de la Nación. Lo cual debería incluir el velar por la salud de sus compañeros y entrados en gastos, del ejecutivo del Estado. No hay forma de saber si estuvo con el presidente o no esos días. Pero sí fue y es una irresponsabilidad de su parte no haber tenido las medidas mínimas pedidas por el mismo López Gatell.

“Susana Distancia” no es invitada a las reuniones del gobierno, ni siquiera tomada en cuenta. Ante lo cual, la infección camina y contagia tan campante como si nada.