El día de ayer, afuera del INE, Félix Salgado Macedonio azuzó a sus seguidores ahí reunidos. Sus amenazas se incrementaron diciendo “los vamos a hallar a los siete (consejeros), los vamos a buscar y vamos a ver a Córdova. ¿No le gustaría al pueblo de México saber dónde vive Lorenzo?, ¿sí les gustaría saber dónde vive?, ¿sí les gustaría saber cómo está su casita? De lámina negra, que cuando llueve se gotea y moja su cuerpo, cabroncito, ¡eh!”

Fiel a su estilo de cobarde bravucón, cuando vio la reacción de las redes sociales se echó para atrás diciendo que no irá a la casa de Lorenzo Córdova. Y con un cinismo socarrón acotó: “¿Ya no me parezco al de antes, verdad? Mucha serenidad y paciencia”.

Eso sí, no ceja en decir que, si el INE no se dobla a sus exigencias, no permitirá que se realicen las elecciones en Guerrero. Su “serenidad y paciencia” solo instan al encono y a dinamitar una de las pocas instituciones autónomas que aún quedan en México.

Lo grave no solo es la actitud pendenciera de Félix. Declaraciones con abiertas y veladas amenazas que no se aceptarían en ninguna democracia a nivel mundial. Lo más grave son quienes desde un puesto público acompañan al camorrista personaje y asientan a sus decires o tienen el cinismo de decir que los medios de comunicación sobredimensionaron las declaraciones de Salgado. ¿Verdad Mario Delgado?

Pues no. Nadie sobredimensionó nada. Y aunque Delgado diga que: “somos un movimiento pacífico y trajimos flores a los policías, consejeros porque nunca hemos sido violentos”, lo cierto es que su actuar y decir sobrepasan la violencia.

Violentos

¿Cómo interpretar que lleven ataúdes para “enterrar al INE” y tengan la desfachatez de incitar a la violencia a sus seguidores contra un grupo de personas solo porque cumplen con su trabajo conforme a la Ley?

De Olga Sánchez Cordero, la secretaria de Gobernación y defensora de los derechos humanos” (como ella pone en su cuenta de Twitter), solo se escuchó una tibia amonestación arrobando al INE y a Morena por igual: “Como secretaria de Gobernación hago un enérgico llamado a mantener las diferencias dentro de la legalidad y el respeto mutuo, tanto a las instituciones como a los servidores públicos”.

Si esa es toda la amonestación que expresará quien es la responsable de ver las cuestiones del Estado y velar por los derechos y la legalidad de todos los mexicanos, entonces solo podemos decir que ella también es cómplice de Félix.

Contra la democracia

Estamos atestiguando uno de los ataques más viles, soeces y atroces contra la democracia. No solo es contra el INE, es contra toda la historia de la democracia en México y la democracia misma. El INE existe para evitar las arbitrariedades que sucedieron en nuestra patria durante los años de la dictadura perfecta del PRI (Vargas Llosa dixit). Nació para evitar las trapacerías realizadas contra el primer candidato de izquierda (tal vez el único, AMLO es conservador taimado) de nuestro país que ganó unas elecciones en el lejano 88, el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas.

A la vuelta de los años, quienes atacan los cimientos de la democracia pero se han visto beneficiados de ella solo merecen ser llamados traidores a la patria. Quienes permiten que un individuo se pare en una palestra y amenace así a otros mexicanos por cumplir con su deber y máxime si son funcionarios que velan por la democracia, son cómplices inaceptables del atentado contra esta. Doblemente vergonzoso su espectáculo cuando han sido electos por la vía democrática.

El INE tiene como cabeza al consejero presidente y a los demás consejeros. Pero el INE somos todos. Todos quienes participamos en las elecciones: ya sea como votantes, observadores o miembros de las mesas en las casillas. El ataque contra los consejeros es un ataque contra todos los mexicanos.

Las amenazas personales de Félix Salgado a los siete consejeros del INE y al consejero presidente, no son aceptables en una democracia y no deberían ser toleradas en Palacio. Como tampoco contar con el apoyo tácito y abierto de quienes deberían ponerle un alto a su soberbia inaudita e ignorancia supina.

Al más puro estilo mafioso es como se comporta Salgado Macedonio. Si en Palacio le permiten continuar, que pongan sus barbas a remojar. Y a todos quienes callan ante su actuar, dándole así su apoyo tácito o quienes quieren hacer ver que es correcto el mismo, debemos recordarles que son cómplices inaceptables de esta canallada.

No requerimos cómplices. Requerimos verdaderos demócratas. El espectáculo dado por Salgado Macedonio y aplaudido por Mario Delgado, legisladores de Morena y la misma Olga Sánchez Cordero, no los hace demócratas, solo cómplices inaceptables de un ataque contra el INE y, con ello, contra la democracia misma.