Una persona puede tener preparación académica sólida y éxito profesional, y aun así carecer de educación financiera.

Mucha gente cree que hacerse rico es producto de tres opciones: 1. Un golpe de suerte, 2. De trabajar duro, o 3. Que es algo reservado solo para un grupo privilegiado. En realidad lo que te vuelve rico es tu inteligencia financiera.

La pobreza consiste en tener más problemas que soluciones. Mucha gente espera que el gobierno resuelva sus problemas financieros, pero a veces no puede resolver ni los propios.

Algunos de los problemas de los pobres son: no ganar suficiente dinero, que no les guste su empleo pero que no pueden renunciar, no poder pagar la universidad de sus hijos, no poder jubilarse ni pagar tratamientos de salud, entre otros. Si quieres aumentar tu IQ financiero debes convertirte en una persona que aprenda a resolver problemas.

Según Robert T. Kiyosayi existen cinco inteligencias financieras que cada persona debe desarrollar. Algunos consideran estas cinco inteligencias como habilidades y, como toda habilidad, se puede aprender.

La primera inteligencia financiera es producir más dinero. Todas las personas generamos ingresos de una manera u otra; debemos encontrar la manera de incrementarlos, encontrando nuestra pasión o talento y profesionalizándola, es decir, capacitándonos, entrenándonos, invirtiendo en nosotros mismos es el camino seguro para lograrlo.

No se trata sólo de trabajar más y más duro para ganar más dinero, sino de lograr que nuestro dinero trabaje para nosotros a través de la adquisición de activos (negocios, bienes raíces, acciones, bonos). Acumular más activos no significa trabajar más duro por más tiempo, sino significa tener un IQ financiero más elevado.

Muchas veces no incrementamos nuestro IQ financiero número uno porque estamos apegados a nuestra zona de confort.

La segunda inteligencia financiera es proteger nuestro dinero; de los depredadores financieros y del pago de impuestos (se puede pagar menos impuestos sin hacer trampa).

Por ejemplo, cuando eres empleado los impuestos te los descuentan antes de poder gastar, inclusive los patrones solo te lo notifican en el recibo de pago, es decir, ganas – pagas impuestos – y luego gastas; pero cuando eres dueño de negocio primero gastas (deduces) y luego pagas impuestos, es decir, ganas – gastas – y pagas impuestos después.

Además del pago de impuestos también debes proteger tu dinero de los malos vendedores de seguros, de los malos corredores de las bolsas de valores, de malos agentes inmobiliarios, que en lugar de ofrecerte el mejor servicio, solo están pensando en la comisión que les harás ganar.

La tercera inteligencia financiera es presupuestar tu dinero. Un presupuesto no es más que un simple plan para organizar los ingresos y los gastos. Obtener excedentes te va a ayudar a obtener tu libertad financiera.

Existen dos tipos de presupuesto, cuando hay un déficit (gastar más de lo que ganas a través de la deuda) y el presupuesto con excedente (aquí es cuando hay que invertir en activos).

Cuando nuestro presupuesto tiene déficit tenemos que ser creativos para aumentar nuestros ingresos o para detener gastos innecesarios o de despilfarro, pero que sólo los podemos identificar a partir de la elaboración de un presupuesto.

Pero cuando nuestro presupuesto tiene un excedente se recomienda pagar deudas, obligaciones financieras o aumentar las inversiones. La recomendación de Robert Kiyosayi es presupuestar el excedente primero para pagarnos a nosotros mismos; es decir, una vez que recibas tus ingresos, antes de pagar cualquier otra cosa, separes un porcentaje que deseas ahorrar y ese dinero sólo lo usarás en algún momento para invertir en algo que te genere más ingresos. La mayoría de las personas ahorra después de gastar, lo que se recomienda es que uno primero ahorre y después empiece a pagar sus obligaciones.

La cuarta inteligencia financiera es apalancar tu dinero. La definición de apalancamiento es hacer más con menos; es invertir nuestros excedentes de la mejor manera en activos que nos den mejor rendimiento, y esto solo se logra con información, investigando qué activos tienen el menor riesgo y la mayor tasa de retorno, así aumentamos nuestro IQ financiero.

La quinta inteligencia financiera es aumentar nuestra información financiera. La información es el activo más importante de nuestra era, lo que te enriquece es lo que sabes acerca del oro, acerca de las acciones, de bienes raíces y del trabajo duro. Por eso debemos ganar experiencia de acuerdo al rubro de cómo hacer mejores inversiones.

Esas son las cinco inteligencias financieras que recomienda Robert Kiyosaki para tener mejores resultados económicos en el camino de la libertad financiera.

T. Harv Eker lo menciona dentro de los archivos de riqueza que tenemos que programar en nuestro subconsciente: “Los ricos aprenden y crecen constantemente. Los pobres piensan que ya lo saben”.

Necesitamos formarnos en las habilidades y estrategias para acelerar nuestros ingresos, administrar el dinero e invertirlo de forma eficaz. La definición de demencia es hacer lo mismo una y otra vez, y esperar resultados distintos.

Debemos comprometernos con nuestro crecimiento. Cada mes leer al menos un libro, escuchar audiolibros educativos o asistir a seminarios sobre el dinero, los negocios o el desarrollo personal.

Jim Rohn es tajante al decir que para incrementar nuestros ingresos tenemos que hacernos más valiosos para el mercado, y un camino que nunca falla es aprendiendo a trabajar más duro en nosotros mismos más que en nuestros empleos, es decir, invirtiendo en nuestra educación financiera.

José Manuel Manrique

Coach Financiero y Patrimonial

jm@manriquepatrimonial.com

      Twitter: JoseManriqueM