Dar por hecho que el futbolista Rafael Márquez y el cantante conocido como Julión Álvarez son culpables de lo que el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos les acusa, es una irresponsabilidad.
Y es que, aun cuando es bien sabido que el gobierno norteamericano es muy riguroso a la hora de emitir señalamientos sobre investigaciones como la que involucra a los personajes referidos, debemos esperar a que los acusados tengan la oportunidad de presentar pruebas a su favor.
Sin embargo, y más allá del ruido mediático, lo que sí podemos asegurar, es que estamos ante un monumental pulpo narco-financiero.
A partir de la información que han hecho pública el Departamento del Tesoro estadounidense y la PGR mexicana, ha salido a la luz que, Raúl Flores Hernández, “El Tío”, quien fuera detenido hace unas semanas por elementos de la procuraduría en Zapopán, Jalisco, es la presunta cabeza de una organización sumamente poderosa dedicada al lavado de dinero proveniente de actividades ilícitas.
Ahora sabemos que “El Tío”, ha sido operador financiero del narco desde 1983, en tiempos del antiguo cártel de Guadalajara que comandaba Miguel Ángel Félix Gallardo; que ha trabajado para los capos más poderosos de México, y que su poder es comparable al que se le adjudica al Chapo Guzmán.
Ante tal historial, surge la pregunta, ¿cómo es posible que durante tantos años (más de 30), Raúl Flores Hernández pudiera pasar prácticamente desapercibido para las autoridades mexicanas?, la respuesta más viable es que su red de complicidades y protección llega hasta las más altas esferas de poder del país.
Estamos ante una organización delictiva cuyos tentáculos monetarios alcanzan a tocar a sectores tan influyentes como lo son: gobiernos, políticos, empresarios, deportistas, gente del espectáculo, banqueros y un enorme etcétera.
Habrá que esperar cómo se desarrollan los casos de Rafa Márquez y Julión Álvarez, pero es un hecho que dentro de todo este entramado, no serán los únicos nombres de personalidades famosas que saldrán a la luz. Y todo, como casi siempre, gracias a las investigaciones del gobierno gringo, pues aquí, el nuestro, está más ocupado en borrar fotografías comprometedoras que en buscar y encontrar a otros tantos “Tíos” que seguramente siguen chambeando en el jugoso negocio del lavado de dinero.