Ya era hora. Hacía más de un mes que no venía. Media hora de elíptica para entrar en calor y aflojar los músculos. ¡Qué friega!, pero tengo que bajar los kilitos que he acumulado. Me agrada verme en el espejo. 

Me siento bien, estoy bien, me estoy poniendo buena. Dicen que en México es mejor estar buena que ser buena. Supongo que nadie me ha reconocido. Por lo menos, nadie me ha pedido una selfie. Los guaruras que me asignó el Estado Mayor Presidencial están a unos metros de aquí para que nadie los identifique. Es una lata no poder venir sola, pero desde que Felipe empezó a ascender en la política, tengo que andar con estos cuates.

¿Quién será este señor de los pants amarillos? A pesar de su sudadera de boxeador con capucha, como la del sub Marcos, me parece conocido. No me saludó. Mejor. No estoy de humor hoy para socializar. Prefiero concentrarme en el ejercicio.

Por fin volteó a verme. Me late que me reconoció. Y yo también a él. ¡No manches! Es López Obrador. ¿Qué diablos hará aquí, en este gym tan exclusivo? Sus tenis no tienen nada de humildes. Son Nike Air Yeezy 2 Solar Red, igualitos a los que le regaló a Felipito su papá en Navidad. Valen por lo menos 5 mil dólares.

¡Carajo! Entre más de veinte millones de habitantes, tenía que venir a este pinche gym de riquillos y encontrarme a Margarita Zavala. El idiota de Nico me lo recomendó, me inscribió cuando le dije que necesitaba ponerme en forma para la campaña, me aseguró que aquí no me encontraría a nadie conocido. Qué ganas de retirarme, pero va a pensar La Calderona que le tuve miedo. No sé si saludarla o hacerme al muerto. Ya me vio, pero no estoy seguro si me reconoció disfrazado de deportista riquillo. Tiene buena forma, se le ve atlética y elástica. Mucho más que yo, por lo menos. Ese par de cabrones que están enfrente deben ser sus guarros. No le quitan la mirada un minuto, ni a mí. ¿Qué pensará? Me gustaría poder entender sus motivaciones para pretender ser Presidenta. ¿Dinero? Después de la carrera política de Felipe, deben tener suficiente para diez generaciones. ¿Poder? ¿Necesidad de pasar a la historia? ¿De ser la primera mujer en ocupar el trono? ¿No se habrán dado cuenta que las mafias del poder se han ido desgastando? ¿Que el capo de capos ya no es lo que era? Está aumentando la intensidad de la elíptica. Creo que trata de demostrarme que está en mejor forma que yo.

Aumentó la velocidad cuando la aumenté yo. El clásico macho mexicano que no soporta que una vieja le gane. Anda muy salsa desde que ganó Trump. Si hubiera llegado Hillary a la Casa Blanca, estaría fuera de la jugada. Qué lástima que no se pudo. Hillary me hubiera ayudado a llegar a Los Pinos. En cambio, Trump, macho declarado, misógino y racista, un Hitler contemporáneo, podría apoyarlo. Este tipo sigue convencido, como todos sus seguidores, que le robamos la elección en el 2006. Lo único que hizo el Partido, fue lo mismo que han hecho todos históricamente. Manipular urnas, comprar votos, hackear sistemas de cómputo. Eso no es novedad. Lo ha hecho el PRI, nosotros y el PRD, desde que México es México. Lo jodimos utilizando la estrategia ganadora, y ahí inició su debacle. Constituyó su “gobierno legítimo”, nombró a todo un gabinete, e invadió el Paseo de la Reforma, demostró a México y al mundo su calaña. Felipe está seguro de que, si se hubiera quedado callado, protestando con métodos menos radicales y revolucionarios, habría ganado en 2012.

Pobre mujer. Todavía cree en los cuentos de hadas. En los que le cuenta Felipe por las noches. Me dan risa sus declaraciones. No me toma en cuenta, está segura de que no soy un peligro para sus aspiraciones presidenciales. Que piense lo que quiera. Mejor para mí. Ayer aseguró, en una entrevista de radio, que “sabe cómo ganarme”. ¿Pensará robarme las elecciones como lo hizo el borrachales de su marido en 2006? Comprar encuestas, volverme a calificar como un peligro para México. Me muero de risa. El peligro lo representan ellos: el PRI, el PAN y el PRD. Los sistemas obsoletos y corruptos que ya no funcionan para manejar al país. Vean a Peña, haciendo el ridículo con su estrella de telenovelas, con un discurso en el que nadie cree ya. Vean al ranchero Fox. Con sus botas y sus conferencias internacionales. El viejo sistema de control de sindicatos, de campesinos y de ciudadanos comprados, ya no les va a funcionar. Sigue acelerando La Calderona, cree que me va a impresionar. Me duelen las piernas, me estoy acalambrando, pero no me va a ganar. Ni aquí, ni en el 2018.

 

Pobre Peje. Convencido de que todo el mundo le compra su facha de naco pobre, cercano al pueblo. ¿Habrá alguien tan idiota para creerle que no tiene propiedades, ni lana en el banco, ni tarjetas de crédito? Todos sabemos que donó su patrimonio a sus hijos, antes de presentar su 3 de 3.

¿Acaso no ve los resultados de las encuestas? A pesar de que lleva tantos años en campaña ininterrumpida, y de ser el único candidato oficial y seguro, los últimos sondeos le dan un empate estadístico conmigo, y con el Chino Chong del PRI. Y eso que ni Miguel Ángel ni yo, somos todavía candidatos oficiales de nuestros Partidos. La encuesta nacional de El Financiero le da a este güey un 24 por ciento de la intención de voto; a mí un 23 y a Osorio un 22. Un empate técnico. ¿Por qué se la pasará diciendo que él tiene información, “siempre la tiene”, y que está muy por encima de los demás? En lo que todos estamos de acuerdo es en que el próximo Presidente será uno de nosotros dos. Nadie más tiene posibilidades.

Ya no puede más Andrés, está sudando como sapo y al borde de un infarto.  

Está cabrón este aparato. Pobres ingenuos de la ultraderecha. Entre tantos doctores de Harvard, ¿no se han dado cuenta de que el modelo económico que han impuesto durante décadas ha favorecido solamente a los ricos y ha creado una brecha de desigualdad cada día más grande? Y el pueblo, ¿no se dará cuenta de lo obvio de la campaña de desprestigio que han emprendido en mi contra?, ¿que soy el único candidato a la Presidencia que propone un cambio verdadero? ¿No estarán hartos de la ineficiencia y corrupción de los Salinas, Fox, y Calderón? ¿No se percatarán de que el grupo de expresidentes unidos contra AMLO, es una maniobra desesperada para no perder sus privilegios?

¡Basta! ¡No puedo más! Me vale madres que Margarita siga tan campante. Nos encontraremos en las campañas. A ver si vale más el mito de su carisma y el apoyo de su marido, que la verdadera voz del pueblo.

¡Dios santo! Ya se nos derrumbó El Peje. Se quedó sentado después del último esfuerzo por seguirme el ritmo. ¡Qué bueno! También yo estaba al borde de un colapso. Esta carrera va a estar muy dura.