Pese a la promesa de ‘cero corrupción’ durante la administración del actual gobernador de Hidalgo, Omar Fayad Meneses, en la Feria de San Francisco Pachuca Hidalgo 2016 se cometen actos constitutivos de fraude a la vista de todos y que serían solapados por los organizadores, quienes en al menos uno de los casos, estarían coludidos.
Los primeros de ellos tienen que ver con juegos de azar, mismos que no se encuentran registrados por la Dirección General de Juegos y Sorteos perteneciente a la Secretaría de Gobernación.
Y es que, impunemente y frente a las narices de todas las autoridades –incluida la del mandatario estatal durante el acto de inauguración-, se han llevado actividades presuntamente constitutivas de delito que si bien son del dominio popular, operan de tal suerte que hacen caer a incautos bajo una serie de engaños y promesas.
Así, el juego de ‘La ranita’, es una operación donde el apostador, para ganar dinero, tiende a ir incrementando su apuesta para poder ganar una mayor cantidad de efectivo bajo la regla de escoger una de tres fichas. Dado que para ganar tiene que acertar en todas y cada una de las iteraciones de jugadas, la probabilidad de que esto suceda va disminuyendo en la medida que avanza el juego, siendo virtualmente imposible que consiga su objetivo.
En un primer escenario tan sólo se trata de una probabilidad laplaciana de 1 sobre tres posibilidades, llevando la ventaja de que el dealer realiza los movimientos de manera relativamente lenta. Sin embargo, conforme avanza el juego, se hace más complejo no sólo por la habilidad del dealer sino también, por las propiedades matemáticas de acertar en la estafa: en la primera tirada, se trata de un 33%; en la segunda, de un 11%; en la tercera de un 0.36% y así sucesivamente…
También se permiten juegos de apuesta como el de ‘Las canicas’ o ‘La bolita’, mismo en el que en una primera instancia se regala(n) juego(s) gratis con la intención de animar al apostador a incrementar el monto de la misma. La dispersión de números dificultan la obtención de una combinatoria que permita acceder a un premio grande y/o a una que incremente de forma considerable los puntos obtenidos.
Dado que las tiradas gratuitas son vistas como un ‘regalo’, el jugador no se percata que desde las primeras combinatorias, las sumas efectivas totalizadas por sus tiradas ya daban puntajes ‘malos’ o negativos, por lo que a medida que avanza el juego y que este decide contar por su cuenta su puntuación, alcanza a apreciar la escasa posibilidad que tiene para seguir sumando.
Factores como ‘comodines’, en lugar de ayudarle, dificultan sus probabilidades de ganar, dado que al ser un juego iterativo con pocas combinatorias para ganar, mismas que deben darse de manera consecutiva –y a medida que su apuesta aumenta-, terminando por perjudicarle.
Es en el segundo de los casos donde existe un daño patrimonial para la entidad, toda vez que existe un beneficio económico considerable cuando la Operadora de Eventos, subcontratada para la realización de la Feria de San Francisco Pachuca Hidalgo 2016, otorga la exclusividad de la promoción a una revista fantasma.
La publicación en cuestión se llama Revista Lugares de México, misma que es repartida dentro del recinto ferial por empleados plenamente identificados por su uniforme y gafetes oficiales y en la que pueden encontrarse una cuarentena de anunciantes y patrocinadores.
Sobre la publicación, llama la atención el haber ocupado figuras tridimensionales registradas por otras compañías así como la pobre redacción de la misma que despierta una serie de suspicacias que motivaron un análisis más profundo.
En el directorio de la misma, se aprecian nombres que si bien en apariencia identifican a los diseñadores gráficos y al ejecutivo de ventas, no existen datos consultables sobre los mismos en redes, ni una sólo dato; en tanto que respecto de la directora editorial, la única referencia que aparece es la de haber sido demandada vía mercantil.
Pero si lo anterior no fuera suficiente, el despacho donde aparentemente se lleva a cabo la redacción así como la localización de sus talleres, obedecen a oficinas localizadas en la zona centro de la CDMX donde los inquilinos más bien son pasajeros.
Aunado a ello, los teléfonos de sus oficinas han sido reportados por acciones presuntamente fraudulentas.