Debemos atender la política, ver quiénes participan, su conducta pasada para prever cómo puede ser su participación en el Poder Público.

No es noticia decir que México ha sido gobernado por la peor gente. Casi todos lo hemos sufrido, esto debido, sobre todo, por el desinterés y el temor de las personas honorables a tomar los espacios públicos.

No podemos decirnos sorprendidos del resultado de no participar. Con horror lo hemos padecido.

Los partidos políticos en su mayoría nos han fallado. Dan su “aval” con tal tino para seleccionar lo peor.

Por tanto tiempo nos dijeron los que nos traicionaron, que ahora todo critican, se plantan conocedores de todas las soluciones que ellos no aplicaron; solo ellos debían ser, cualquier otro era un “Peligro para México”. Tanto abuso, tanto tiempo, nos fue dejando ver que se describían a sí mismos como el peligro real, su falta de interés en el pueblo, en la patria, solo su beneficio a servirse como la principal razón de un gran rezago social y falta de oportunidades que generó inseguridad en una espiral negativa.

Nos quejamos de los políticos, pero no es suficiente, también deberíamos de quejarnos de nuestra conducta porque los políticos son un reflejo de su pueblo. Son reflejo de nosotros que lo permitimos.

El domingo 1 de julio de 2018 la gente de México habló fuerte y claro en su mensaje. No debemos continuar ajenos de la política, lo hemos pagado muy caro. Estamos cansados, molestos, muy inconformes con el abuso, el desinterés por el pueblo y el nivel de corrupción criminal y desvergonzada de los políticos en nuestro país. Por supuesto que habrá errores, fallas, y quien deliberadamente las genere para que se fracase, pero también habrá muchos aciertos, empezando por haber mandado al chorizo a esos sinvergüenzas, que me parece que no estoy solo al decir que me doy por bien servido. Tenemos esperanza del cambio, que el honor lo reciban los que son honorables. Que las oportunidades estén para el que se las gane con esfuerzo. Sí es posible, pero nadie puede solo, debemos participar y nosotros actuar con honor. Todos poner de nuestra para que se logre. Podemos ayudar al cambio.

Están cerca las Elecciones Locales en unos de los Congresos en los Estados donde debe llegar el Derecho.

Recibo con esperanza la participación política de Sergio Solbes Marín para Diputado Local por el Distrito 21, que comprende la Zona Norte de Tampico.

También con la seguridad de que en cada acción aportará por un mejor mañana para la gente de nuestra ciudad y nuestro estado por tanto tiempo en el olvido, a donde debe llegar la paz y el progreso. Lo avalo porque conozco a Sergio Solbes Marín como un hombre de trabajo, que en el paso de su vida siempre ha demostrado su calidad humana, es honorable, decente con sólidos principios de justicia que aprendió en su familia y conserva ejemplarmente en la práctica. En definición tenemos en Sergio Solbes Marín lo que idealmente debe ser un funcionario público al servicio de la sociedad. Tiene frente a él una muy difícil tarea en aportar para cambiar hacia lo que queremos. El bien social, la generación de proyectos para el desarrollo que sean generadoras de riqueza y empleos y de oportunidades que queremos, las que necesitamos para nuestros hijos.

Su desinteresado esfuerzo necesita del apoyo de los que pensamos que un mejor futuro es necesario y es posible lograrlo para nuestra gente que tanto lo necesita y no encuentra dónde o a quién recurrir.

Es momento de dejar un poco el egoísmo y pensar un poco en nosotros, que siempre el nosotros será más. Debemos dar impulso a Sergio Solbes Marín si aspiramos a que otros con calidad a que se motiven a participar en la función pública en nuestra tierra.

Entonces quejémonos o celebremos porque el resultado será un reflejo de nosotros.