Siete de la mañana en punto y amanece en el palacio. <br>—¡Ánimo! —saluda sonriente. <br>—Buenos días, señor presidente.<br>
Esta semana el presidente López Obrador, tras la salida de Esteban Moctezuma de la Secretaría de Educación Pública, anunció la decisión de nombrar a la senadora Delfina Gómez Álvarez como la nueva titular de la SEP. Dicha elección generó diversas reacciones en la opinión pública nacional, desde la sorpresa y la indignación, hasta muestras del racismo y clasismo tan arraigado en algunos sectores sociales y actores políticos conservadores.
Los ataques en contra de la egresada de la Universidad Pedagógica Nacional incluyeron críticas y burlas por su forma de hablar, su origen humilde o por el hecho de ser mujer. Dentro de esas opiniones, lamentablemente poco se habló de ser una propuesta que conoce la educación desde el terreno, desde el aula misma donde se ejerce la labor educativa. Poco se habló de su experiencia como docente y directora escolar, o como diputada federal, senadora y alcaldesa. Para el conservadurismo, nada de eso merece una reflexión, solo la descalificación a una persona por no adecuarse al prototipo de funcionaria que la etapa neoliberal les acostumbró.
Desde aquí le deseo mucho éxito a la maestra Delfina Gómez, quien se incorpora al gabinete presidencial para alcanzar la extraordinaria cifra de 9 mujeres encabezando 9 secretarías del gobierno federal.
Por otro lado, se inició el proceso de vacunación con el primer lote de vacunas que arribó a México. Tres mil dosis de vacunas Pfizer para el personal de salud de primera línea de control de covid-19. El canciller Marcelo Ebrard aclaró que el primer lote que se pidió fue sólo de 3 mil dosis, en acuerdo con la farmacéutica, para calibrar el operativo de traslado, refrigeración, distribución y aplicación, para que al momento de la llegada de cantidades mayores exista ya una administración más eficiente, adelantando que el próximo martes 29 de diciembre, llegará el segundo lote de 53 mil vacunas y que, para enero de 2021, se tendrán un millón 420 mil vacunas.
Las sedes de vacunación del primer día fueron sedes militares en Toluca y Querétaro, además del Hospital General de México, donde María Irene Ramírez, jefa de Enfermería de la Unidad de Terapia Intensiva fue la primera en recibir la dosis.
A pesar de lo anterior, el ser México uno de los primeros países del mundo en recibir las vacunas y el primero en Latinoamérica, la oposición no ha cesado en su intento de desestimar toda acción realizada desde el gobierno de México y negar a través de campañas de desinformación en redes sociales, así como en los medios de comunicación hegemónicos, los logros y avances de la administración del presidente López Obrador.
Frente a la pandemia más dolorosa que la humanidad actual haya vivido, la oposición y sus portavoces, por pura politiquería, se han dedicado de manera ruin a desacreditar cada una de las medidas adoptadas por el gobierno federal, a desprestigiar a los expertos que se encuentran al frente de la toma de decisiones y hasta a insultar la inteligencia de una ciudadanía que merece ser tratada con respeto y seriedad ante un fenómeno tan complejo como lo ha sido esta pandemia y las vicisitudes que ha generado a nivel global.
Y es que, sinceramente, no podemos esperar otra cosa de los opositores miembros del régimen de privilegios que gobernó nuestro país durante décadas y que fueron expulsados del poder en 2018, por un pueblo cansado de sus canalladas.
El cinismo es lo que distingue a ese clan de políticos y partidos en desgracia con oscuros pasados y tristes recuerdos para nuestro país, empresarios corruptos huérfanos de protección en el gobierno para sus tropelías y líderes de opinión caducos, desamparados por un poder distinto que ya no se subordina ante sus caprichos o intereses de grupo.
La formalización de un solo bloque opositor PRI-PAN-PRD para las elecciones de 2021, es clara muestra de la desesperación de este grupo por volver a como de lugar al poder, para imponer de nuevo la agenda de corrupción e impunidad que imperó en México durante su hegemonía. Sin referencias ideológicas ni proyecto estructurado, hoy partidos políticos supuestamente antagónicos se unen con el único objetivo de querer regresar a ese México que parecía estábamos condenados a padecer por siempre: el de los García Luna, los Lozoya y Rosario, los Peña, los Duartes, los Fox y Calderón.
Tocará a la ciudadanía recordarles quiénes son y por qué fueron desterrados en 2018. Bastará con analizar el legado de desigualdad incesante, robo descarado, impunidad tolerada y pobreza generalizada, al que sometieron a nuestro país durante décadas.
Nuestro pueblo lo sabe, hoy está libre de las corruptelas y pactos en lo oscurito del pasado, y seguramente volverá a decirles ¡no! a su estrategia de mentiras que apuesta por la corta memoria de la sociedad.
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(La autora, Gaby Osorio, es diputada de Tlalpan en el Congreso de la Ciudad de México. @Gabyosoriohdz).