Esta semana, en las conferencias de prensa matutinas del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se abordaron temas de trascendencia que impactan en la cotidianidad de las y los mexicanos.

Se anunció que a través del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF) se otorgará un apoyo para gastos funerarios a familiares de personas fallecidas por covid-19. Las personas beneficiarias deberán ser familiares de la persona fallecida que sean mayores de 18 años (cónyuge, pareja, hijos, hijas, madre o padre). Los requisitos para obtener el apoyo son el acta de defunción por covid-19, acreditar el parentesco y la declaración de que el dinero será utilizado para la recuperación económica familiar derivada del gasto funerario. La operación iniciará a partir del 02 de diciembre de 2020 en el portal de internet: www.deudoscovid.gob.mx

Respecto al tema del outsourcing, el gobierno de México junto con empresarios, acordaron revisar el contenido de la iniciativa presentada por el ejecutivo federal, para recibir comentarios del sector privado e intercambiar ideas el próximo 30 de noviembre en reunión privada. El objetivo es que no se abuse del esquema de subcontratación y no les quiten prestaciones a las y los trabajadores.

También se presentó la Guía ética para la transformación de México, la cual es una síntesis de principios, valores y preceptos, que sin ser exhaustiva, ofrece un listado de consideraciones positivas para tener una vida plena y una sociedad mejor. A través de los 20 principios y valores consagrados en el escrito, como son la vida, el perdón, la dignidad o el amor, la comisión encargada de elaborar la guía junto con las y los profesionales convocados, así como las instituciones que participaron en los foros de consulta, generaron este documento con el fin de difundir y reforzar los valores éticos que permitan superar fracturas, construir confianza, facilitar acuerdos, así como fortalecer el respeto entre las personas y desarrollar una sociedad más fuerte, justa y libre.

Por otro lado, el 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

En nuestro país cada año son asesinadas 3,800 mujeres, niñas y adolescentes, 6 de cada 10 mujeres han experimentado algún tipo de violencia, 8 de cada 10 mujeres sienten temor a ser agredidas física o verbalmente y cada día más de 30 niñas de entre 10 y 14 años se convierten en madres víctimas de violencia.

Con la construcción de la paz a través de la incorporación de la perspectiva de género en todas las decisiones gubernamentales, el trabajo comunitario de 217 redes de mujeres constructoras de paz, el establecimiento del número 911 para atender los llamados por violencia, y la ampliación y fortalecimiento de los centros de justicia para las mujeres, el gobierno de México pretende establecer una política de cero tolerancia a la violencia contra las mujeres, al hostigamiento y al acoso sexual.

Asumo la necesidad de enfrentar esta problemática desde la unidad y comparto la voz del amplio movimiento de mujeres que reclaman atención al tema de la violencia feminicida. Porque no es normal ser violentadas, en la casa y en el espacio público. No es normal, ser privadas de la vida por nuestro género. No es normal cobrar menos por trabajo igual o ser juzgadas por nuestra libertad sexual. En resumen, no puede ser normal que en las pláticas entre mujeres, todas tengamos una historia de violencia que compartir.

En la capital del país, reconozco la labor del gobierno de la Ciudad de México para encarar este terrible fenómeno, sin duda un esfuerzo loable de una administración feminista, con la creación de las 27 Lunas, la implementación del seguro para el fortalecimiento de la autonomía de las mujeres en situación de violencia de género, los Módulos Viaja Segura, la Línea Mujeres, la aprobación de la Ley del Banco de ADN de agresores sexuales, la Ley de Registro de Agresores Sexuales, la llamada Ley Olimpia que sanciona la violencia digital, entre otras medidas que responden a las diversas demandas expresadas por las colectivas y organizaciones feministas.

Mujeres, tenemos derecho a una vida libre de violencia, tenemos derecho a vivir sin miedo. No podemos ignorar los problemas y asumir que las realidades se modifican automáticamente.

No nos vamos a acostumbrar a ello, no vamos a normalizar el dolor ni toleraremos que nuestras vidas se vuelvan solo un cúmulo de cifras y pendientes por resolver.

De la misma forma, es importante reconocer que esta lucha seguirá siendo necesaria, en tanto siga existiendo una mujer, una niña o una joven que viva con miedo, que camine rápido para evitar riesgos, que carece de lo elemental o que en el peor de los escenarios, pierde la vida por el simple hecho de haber nacido mujer.

No pararemos, hasta que la consigna de “Ni una más” se convierta en realidad.

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(La autora, Gaby Osorio, es diputada de Tlalpan en el Congreso de la Ciudad de México. @Gabyosoriohdz).