Cuando se coloca a un ginecólogo al frente del gabinete de seguridad de un estado con alrededor de 9 millones de habitantes, no se pueden esperar resultados positivos; al menos no en el ámbito que corresponde. Jalisco es hoy por hoy una entidad sometida a una lacerante inseguridad que contrario a lo prometido por el gobernador Enrique Alfaro Ramìrez, cada día incrementa el número de delitos que se cometen sin contar los que no se denuncian, que debe ser un número considerable porque además de que no se tiene la cultura de la denuncia, nadie o casi nadie confía en el Nuevo Sistema de Justicia Penal (NSJP) con sus múltiples deficiencias.
Un trabajo del periódico Mural, revela que el Gobierno de Alfaro Ramírez, que mañana arrancará su octavo mes al frente de la administración estatal, se ha consolidado ya con el peor arranque de los últimos tres sexenios en materia de seguridad. Refiere que al inicio del Gobierno del panista Emilio Gonzalez Márquez (2007), registró 225 homicidios dolosos en los primeros 7 meses de gobierno, en tanto que Jorge Aristóteles Sandoval Díaz (2012) acumuló 648 en ese mismo periodo y Alfaro Ramírez (2018) mil 267, es decir, de diciembre a junio se han quintuplicado. Los números fueron revelados por la Fiscalía y el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad (SESNSP).
En esta estadística se marca “una amplia tendencia al alza en 7 de 11 delitos analizados; lo más evidente en homicidios dolosos, robo a negocios y robo a persona. Los otros aumentos más marcados fueron los de robos a persona, mil 542 averiguaciones con Emilio González; 6 mil 410 con, Aristóteles, y 8 mil 996 con Alfaro, así como los robos a negocio, que escalaron de mil 709, a 2 mil 670, hasta llegar a 9 mil 445, respectivamente”.
También incrementaron las lesiones dolosas y los robos a casa habitación.
Caso aparte es el tema del robo a vehículos; de acuerdo a Milenio, de enero a junio se robaron 8 mil 920 vehículos, de los cuales en 3 mil 483 casos los propietarios fueron despojados de sus unidades mediante el uso de violencia.
El arranque del Gobierno de Alfaro, como ya lo he mencionado, está siendo marcado por presuntos actos de corrupción en licitaciones, el feminicidio a puertas de la Casa Jalisco y el aumento al transporte, pero sin duda el asunto de la seguridad merece un trato aparte porque no puede esperar. Los sistemáticos homicidios de funcionarios de los tres ordenes de gobierno a manos del crimen organizado tienen a los agentes asustados y con serias intenciones de arrojar la toalla.
Según trasciende, muchos ya se niegan a salir a realizar sus rondines o a desempeñar sus funciones por temor a ser blanco de los crimínales como ya ha ocurrido a 25 funcionarios.
En un medio de comunicación local, se manejó una carta presuntamente firmada por “Empleados Unidos de la FEJ (Fiscalía del Estado de Jalisco), en donde se narra que ya están “hartos” del nuevo fiscal (Gerardo Octavio Solis Gómez), porque señalan “lleva 230 días en el puesto, y han muerto más compañeros en ese tiempo que en otras administraciones completas. Muchos se preguntarán porque, la respuesta es fácil, cuando él fue procurador aquí en Jalisco imperaba el Cártel de Sinaloa e hicieron buena mancuerna, y ahora que llega no se entendió con el cartel que manda ahorita, el CJNG, y es por eso que las amenazas y demás golpes a todos nosotros porque están viendo la manera de que regrese ese antiguo cártel, por eso tanto compañero e incluso el fiscal asesinado.
El gobernador ya lo sabe, pero no le importa porque él sólo cubre la cuota política cediéndole ese puesto, incluso esta la Coordinación de Seguridad que no sirve para nada, sólo es un puesto generado para su amigo Macedonio (Tamez Guajardo)…”.
En la misiva señalan anomalías como direcciones acéfalas, y corrupción como en el caso del futbolista Joao Maleck, de quien dicen, por una cantidad mínima logró un dictamen favorable aún cuando conducía un auto a exceso de velocidad propiciando la muerte de dos personas.
Los firmantes se declaran empleados en activo que han hecho un pacto de huelga interna “para simular que trabajamos para que no nos sigan matando”.
Habrá de recordar que en el último mes y medio se han acentuado los atentados contra elementos y jefes policiacos con saldo negativo para las corporaciones de seguridad resultando las bajas de agentes y mandos medios, así como la del fiscal regional y del Comisario de seguridad de Tepatitlán, exequias que no merecieron la presencia del gobernador, que prefiere dejarse ver en fiestas y celebraciones de empresarios de la entidad.
Lo cierto es que nada ha hecho tanto daño a los jaliscienses como las malas decisiones de su gobernador; mantener al frente de la Coordinación Estratégica de Seguridad a un personaje que carece de la preparación, capacidad y experiencia para desempeñar un cargo de fundamental importancia como es la Seguridad, podría ser una irresponsabilidad por la cual Alfaro Ramírez debiera dar cuentas a los ciudadanos.
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