En mi opinión, los textos de @gloaeza, a diferencia de los de su hermana Soledad, siempre han sido sobre cuestiones —digámoslo así— banales y superficiales. Pero su contribución hoy en el diario Reforma de plano es ramplona y raya en la calumnia.
Señala: “Hemos de decir, porque lo conocemos, que nunca hemos sabido nada de César Yáñez que fuera cuestionable... Sin embargo, acerca de ella se dicen muchas cosas nada sweet..., de allí que concluyamos que el tipo de boda se le parece más bien a la novia, que al novio. “
¿A qué se refiere la señora Loaeza? Obviamente esta es una pregunta retórica, pues los que sabemos de estos asuntos conocemos de qué habla. Pero para el resto de los mortales, estaría bueno que lo aclarara y que diera sustento a sus afirmaciones, de lo contrario que la columnista se prepare para ser demandada por calumnia.
Federico Arreola en su columna de esta mañana dice: “El problema de imagen más serio que ha tenido el presidente electo López Obrador se generó por una boda, la de su colaborador más cercano, César Yáñez, que se casó con una mujer empresaria, por lo tanto rica, que pudo pagarse algunos lujos para su fiesta, entre otros, el diseñador de los vestidos de Angélica Rivera. Cuánto la han criticado por eso. Ni modo, en país con tantos pobres el rico tiene que aguantar que se le desprecie si exhibe su felicidad sustentada en bienes materiales.”
Yo agregaría a esta última afirmación, —que es cierta y que lastima justamente por ser verdad, esto es, la apabullante desigualdad social que existe en México— otra reflexión. Los periodistas, comentaristas y medios que se sienten/serán desfavorecidos por el nuevo régimen no encuentran rumbo y se van por la opinión, la falsedad y el periodismo ramplón. Así de sencillo.
En este caso al grado de que Guadalupe Loaeza se le hace sencillo y válido comparar a Dulce María Silva, hoy esposa de César Yañez, brazo derecho (o izquierdo, para el caso da igual) de AMLO, con Karime Macías de Duarte, al grado de apodarle la “Lady Langosta".
Loaeza insulta no solo a Dulce María, sino a César y a Andrés Manuel al decir que esta historia muestra cómo el amor puede cegar al hombre más lúcido y leal. Lo cierto es que lo único que muestra la columnista es el simplismo y la tergiversación en la que está dispuesta a caer ella a cambio de llamar la atención para conseguir un momento de “fama”.
Y es que incluso hacer noticias de cuestiones tan frívolas, supone ciertas reglas y tiene sus límites de lo decoroso y de lo correcto. Hoy, Guadalupe Loaeza rebasó tod@s ell@s.
Solo resta añadir que Loaeza cambió en la campaña de candidato, de Meade a AMLO, cuando vio perdido a su favorito. Aquello fue oportunismo. Lo de hoy, motivado porque seguramente en el equipo de Andrés Manuel no la pelan, es desesperación, angustia por sentirse lejos de ya saben quién.