Poco se habla de este país vecino. La gente ha salido a las calles a exigir la renuncia del presidente Otto Pérez Molina en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de Guatemala, entre otros lugares. De lograrse esto, será una lección para nosotros, los mexicanos. Un país más subdesarrollado y pobre, con poco más del 53% por debajo de la ?línea de pobreza?, pero con gente despierta, que ha demostrado un rápido actuar.

Dicen por ahí que la conciencia no se compra ni la dignidad se vende en quienes mantienen sus convicciones sociales, éticas y morales, de justicia y de sentido de bienestar, toda la vida. No hay mejor arma que vigilar a los gobernantes, con ayuda de legítimos aparatos de justicia, a favor de ella.

Pérez Molina, general retirado, es también, curiosamente, quien en 1993 fue pieza clave en la primera captura de El Chapo. En ese entonces era Director de Inteligencia Civil y Militar del gobierno en turno.

Después de poco más de veinte años del suceso, las cosas no son precisamente las mismas y su heroísmo o eficacia, que ensalzó la prensa en ese entonces, tras el trabajo por la captura del capo, ha pasado a último término, pues ahora el que podría ir a la cárcel es él.

Pérez Molina es acusado de ser el líder del grupo de ?La línea?, una estructura de defraudación financiera y de corrupción en aduanas. La Fiscalía y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) es un órgano independiente, facultado para la investigación de ?cuerpos de seguridad ilícitos y aparatos clandestinos de seguridad?, incluso en relación con funcionarios del gobierno que puedan estar inmiscuidos, lo que ahora es el caso. 

Estamos hablando de un órgano eficaz, independiente del gobierno, que ha sido consecuente. Tampoco el Ministerio Público, así como el Comité Organizador de Asociaciones Agrícolas, se han quedado atrás en la estricta vigilancia de este caso.

Un primer gran paso: la renuncia de la Vicepresidenta

En días pasados, la vicepresidenta Roxana Baldetti fue destituida y detenida por estar al frente de La Línea, el mismo grupo del que se acusa al primer mandatario de ser cabecilla. Ahora ella se encuentra en prisión preventiva por orden de un Juez de Mayor Riesgo. Sólo falta que el pez gordo sea capturado. No hay que olvidar que la ciudadanía fue pieza clave al pedir su renuncia. Lo importante y lo sorprendente es que en ese país la voz ciudadana sí está siendo escuchada.

La noche del pasado domingo, el presidente de Guatemala dio la cara ante la nación en un mensaje previamente grabado, en el que expresó no estar dispuesto a renunciar. ?Les afirmo que no renunciaré y que con toda entereza enfrentaré y me sujetaré a los procesos que en ley corresponda.?

Cabe recalcar que, aun con toda esta turbación y escándalo, el domingo 06 de septiembre se llevarán a cabo elecciones generales en Guatemala.