Recientemente se dio a conocer que el largometraje “Ya No Estoy Aquí”, máxima ganadora de los premios Ariel -además de los festivales internacionales de cine de Morelia y de El Cairo- representará a México en la próxima entrega de los premios Oscar.

No cabe duda que el peor enemigo de un mexicano es otro mexicano: sobran los comentarios en las redes sociales, cuyo común denominador es: “esa película no me representa”, “esos weyes ni actores son”, “¿a quién le interesa ver a un cholo/clica/regio-kolombiano?”

Corrijo. No todos los mexicanos son enemigos. 

Guillermo del Toro, uno de los “Tres Amigos” junto con Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu, tan pronto salió en Netflix la obra de Fernando Frías De la Parra, le dio su bendición vía Twitter.

Esto se pone mejor: Del Toro invitó a Cuarón, el doble ganador del Oscar por “Gravedad” y “Roma”, a que viera el largometraje. Pero esto no solo quedó en una llamada telefónica, sino que Netflix lanzó una conversación de 14 minutos entre el tapatío y el capitalino, exponiendo sus motivos de por qué sí hay que ver “Ya No Estoy Aquí”, desarrollada en el Monterrey de 2010, cuando se desató el demonio del narcotráfico en la otrora pacífica tierra.

Un servidor conversó con Del Toro en la época en que presentó “Cronos”, su ópera prima; también con Cuarón, en el momento en que dirigió “A Little Princess” para Warner, misma que inexplicablemente sigue sin ver la luz en Blu-ray.

Si de algo saben estos caballeros es del amor al cine, desde sus respectivas trincheras; de cómo, en palabras de Del Toro, “una cinta puede ser universal siendo local” o, en las de Cuarón, “debe ser una experiencia, más allá de una película”.