La gente necesita una casa para vivir

Pocas actividades tan importantes por su impacto económico y social, como la vivienda.

Es un satisfactor social de primer orden y es además un motor fundamental de la economía, lo que, aunado a lo que nos ha enseñado la historia, permite reconocerla como actividad anticíclica por experiencia.

Por eso no sorprende que aún en medio de la turbulencia que ha dejado ese tsunami llamado Covid-19, la vivienda haya sido uno de los sectores productivos con mejor desempeño del 2020, cayendo, sí, pero cayendo apenas un -3%, que contrasta enormemente con la caída de 10% registrada por el conjunto de la economía.

Los hechos son que la gente necesita una casa en que vivir... Y el país necesita los empleos y la derrama económica y la distribucion de la misma que implica la producción del sector vivienda.

Pero aún y con esto como premisa no se trata solo de echar a andar la maquinita de hacer casas... Se trata ante todo de hacerlas muy bien hechas... Con base en las más altas especificaciones y bajo modelos de la mayor sustentabilidad, pero, además, reconociendo en sus modelos de producción y financiamiento, las necesidades y posibilidades de todos los segmentos de población.

De ahí la importancia de que gobierno e iniciativa privada trabajen en forma coordinada en función de este objetivo.

Por eso fue tan relevante que esta semana la Cámara de la Vivienda (Canadevi) realizará su XXXI Encuentro Nacional de Vivienda, reuniendo a la cadena de valor del sector, así como a las diferentes instancias que desde el gobierno se relacionan con esta actividad.

Destáca lo dicho por el titular de Sedatu, Roman Meyer Falcón, que al inaugurar el evento, aseguró que la meta es que este año crezca el número de créditos que otorgan los organismos nacionales de vivienda, así como alcanzar acuerdos con el sector privado que permitan sumar a este objetivo tanto los créditos de la banca comercial, como la capacidad instalada de las empresas que integran Canadevi.

En ese mismo sentido, el Secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez, aseguró que se dará prioridad a desarrollar esquemas de crédito para vivienda dirigidos a las economías mixtas, esto es, trabajadores con un empleo formal que complementan sus ingresos con actividades fuera de nómina.

Al referirse al impacto económico del sector, el titular de Sedatu detalló que en el 2019 se produjeron 680,000 viviendas, cifra que aún a pesar de la pandemia se elevó a 720,000 en el 2020, en tanto que para este año la meta es llegar a 872,000.

Al respecto, Gonzalo Méndez Dávalos, presidente de Canadevi, dijo que este año las cerca de 1,000 empresas que integraban la Cámara estaban listas para producir al menos 250,000 viviendas, y que el inicio del año había sido el mejor en seis años, con un mes de enero en que se produjeron 16,168 unidades, lo que representa un incremento de 58% respecto al mismo mes del año anterior.

En el evento, el INEGI, dirigido por Julio Santaella, presentó los resultados del estudio “Conociendo la Industria de la Vivienda”, que forma parte de su colección de estudios sectoriales y regionales, documento que desarrolló junto con Canadevi y desmenuza la industria a fin de conocer los alcances de su impacto económico.

Y ojo, que el estudio revela que la producción de vivienda representa 6% del PIB y 2. 5 millones de empleos, y detalla también que durante el 2020 registró una caída muy severa en los meses de marzo y abril, periodo en que la pandemia provocó el cierre intermitente del sector, para sostener un desempeño con altibajos en el resto del año.

Los datos que presenta INEGI hacen aún más evidente la importancia de la vivienda y la necesidad de crear condiciones que permitan que sea uno de los grandes motores de la recuperación.

Importa, desde luego, lo que pueda inyectar a 37 ramas de la economía y la enorme cantidad de empleos que ello implica... Pero no es tan simple el resumen, porque mporta también el que no se trate ni de una actividad monopolica, ni de una que concentre su operación en un número limitado de plazas.

Todo lo contrario, se trata de una actividad tan cotidiana, que se realiza a lo largo y ancho del territorio nacional, contando para ello con empresas locales de todos los tamaños, que concentran los beneficios de su operación en sus respectivas plazas.

Pero ni aún esto supera el hecho de que el principal impacto de la vivienda sea en el ámbito social, creando los entornos en que se desarrollan personas, familias y comunidades, y siendo la semilla fundamental de la transformación urbana.

Muy importante el encuentro de esta semana... Porque capitalizar los beneficios de la vivienda implica alcanzar los acuerdos necesarios entre sociedad, iniciativa privada y gobiernos, a fin de crear condiciones que permitan hacer cuántas viviendas sea posible, hacerlo con la mayor calidad y, ante todo, hacerlo en función de las necesidades y posibilidades de todos los segmentos de población.

* Horacio Urbano es fundador de Centro Urbano, think tank especializado en temas de desarrollo urbano, sector inmobiliario y vivienda.

@horacio_urbano