Es por todos conocidos la campaña que ha abanderado el Partido Acción Nacional en diferentes latitudes y cargos de representación. Con un tono irónico, la propaganda busca recompensar la lejanía de los intereses de élite que representan, con un lenguaje cercano al ciudadano común, lanzando la pregunta que seguiremos viendo hasta el cansancio: ¿A poco no?
El mensaje casi siempre guarda la misma estructura:
Esta misma fórmula que se replica y replica en cada candidato azul sin importar el cargo por el que compite, después de casi dos meses de campañas y de una sobreexposición del ciudadano a propaganda política en todos los medios de comunicación, seguramente resultará cansina. Acompañando a esta ?frase coloquial?, el PAN se ha jactado del Sistema Nacional Anticorrupción que ha buscado impulsar fallidamente desde el Congreso. Parece una difícil coincidencia que ambas campañas conecten en tiempos electorales, y a menos de dos meses de las elecciones. Pero el problema no es una u otra forma de mercadotecnia política, de mensaje o de propaganda (para fines prácticos, eso vale poco), el verdadero problema es el doble discurso y la intención de disfrazar los diversos episodios que funcionarios públicos de este partido han protagonizado en todos los niveles de gobierno.
Ejemplo es de ello es la Delegación Benito Juárez, la única demarcación del Distrito Federal que gobierna el PAN, y uno de los casos más escandalosos de corrupción que hayan ocurrido en los últimos años. El 9 de marzo la Auditoría Superior de la Federación, encontró que ?la delegación destinó 65 millones en rubros no considerados, integrados por 56 millones en adquisiciones de materiales de construcción que no se acreditó, correspondientes a obras ejecutadas por administración directa y sin evidencia de su autorización por parte del GDF?.
Por si fuera poco, además del desvío de recursos, el delegado del PAN, Jorge Romero Herrera, ha tenido serios problemas con cumplir sus propuestas de campaña, sobre todo en los dos ejes principales que prometía: regularización del comercio informal y de la obra ilegal. En un artículo publicado el 6 de enero del 2015, Ortiz Pinchetti, denuncia que la promesa de regularizar a los 3 mil 287 vendedores ambulantes de la delegación, así como el retiro de todos aquellos que no estuvieran bajo los lineamientos de la ley, ha sido una farsa. Mientras, frente al Comité Ciudadano Delegacional, Romero declaró llevar ?más de siete mil? vendedores ambulantes retirados, cuando la propia delegación mediante su portal de transparencia reporta haber retirado sólo 287.
También se encontró en una situación comprometedora cuando el Diario La Razón, documentó que ?La delegación Benito Juárez ha entregado más licencias de construcción de complejos departamentales que cualquier otra demarcación a la inmobiliaria Rouz?, misma inmobiliaria que en 2010 descontó a Jorge Romero más de 1 millón y medio de pesos al penthouse de más 4 millones que el actual delegado compró en la colonia Del Valle?.
Pero sus colaboradores más cercanos tampoco se escapan de los señalamientos de corrupción. Germán Garza, el precandidato derrotado a la Jefatura Delegacional de Benito Juárez por el PAN, denunció ante el IEDF la organización de posadas y reuniones, por parte del entonces futuro candidato a Delegado (cercano a Jorge Romero), Christian von Roehric, donde se incluía propaganda promocionando al entonces diputado, incumpliendo en ello la ley electoral. Estas posadas, según Garza, fueron financiadas con recursos financieros y materiales de la delegación, para lo cual ofreció como prueba la petición de un integrante del Comité Ciudadano de la zona a Christian Lujano, director de Participación Ciudadana de la Benito Juárez, solicitando equipo de sonido, sillas, mesas, templete y reflectores.
El PAN se acerca a perder la única delegación que le queda en el Distrito Federal, después de gobernar en algún tiempo seis. Ello no es cosa fortuita. Los ciudadanos han dejado de ver en el PAN a una opción viable, debido a sus reiterados casos de corrupción y a la incompatibilidad de su agenda conservadora, con la dinámica progresista y renovadora de nuestra capital.
Que se vaya el PAN de Benito Juárez, ¿a poco no?