Tuve la fortuna de anunciar en esta misma columna, ayer, en exclusiva, para SDP, así como en el espacio de noticias nacional más escuchado por las mañanas, el del periodista Ciro Gómez Leyva, la reunión que tendría el dirigente del CEN del PRI, Manlio Fabio Beltrones, con todos los aspirantes del partido a la gubernatura de Veracruz. El objetivo del encuentro: pedir unidad en torno a la figura de quien desde ese momento sería el candidato tricolor: Héctor Yunes Landa.
Veracruz es justamente, como ya muchos la nombran, "la joya de la corona", entre otras cosas, por ser el tercer estado con mayor padrón electoral del País. En Veracruz siempre ha gobernado el PRI. Veracruz se ha convertido en una de las obsesiones de la oposición. Veracruz, innegablemente, transita por uno de esos momentos históricos que lo pueden llevar a cambiar el color del partido en el poder. Ganar Veracruz es como ganar el Estado de México.
Después de la sorpresiva alianza entre el PAN y el PRD en el estado, el PRI tenía que apresurarse a decidir su candidato. Aquí, en Veracruz, la unión entre blanquiazules y amarillos se consideraba perdida por la antagónica figura de Miguel Ángel Yunes Linares. Se daba por hecho que los perredistas no avalarían, ni de broma, al personaje que en otros momentos les jugó en contra, sin embargo, la oposición completa hizo a un lado sus rencores, sus diferencias, para buscar quitar al tricolor de tierras jarochas. Los unió su deseo por bajar al PRI.
Es oficial. Veracruz lo disputarán dos candidatos de apellido Yunes, uno Landa, otro Linares; uno priísta, otro panista; uno, aún Senador, otro, todavía diputado federal. Ambos unidos por la sangre, por la familia, son primos hermanos, pero alejados en sus orientaciones políticas. Los dos habrán de ejercer hegemonía en sus propias candidaturas, como siempre lo han hecho, como están acostumbrados, los dos mandarán en cada uno de sus frentes, aunque en este momento digan lo contrario.
Para enfrentar a Yunes Linares el PRI necesitaba un candidato "entrón", agresivo, valentón, experimentado, bueno para el debate, carismático, militante de hueso colorado. Para que el tricolor intente conservar Veracruz requería una persona capaz de ver al panista de frente, y sostenerle la mirada, ese es Héctor. A mi juicio, Beltrones eligió bien.
El tiempo del otro Yunes priísta, el de José, vendrá en dos años, cuando se dispute nuevamente la gubernatura en Veracruz, la que durará seis. Héctor y Pepe están de acuerdo, así como Beltrones y los que habitan en Bucareli y Los Pinos.
Héctor Yunes y Miguel Ángel Yunes prácticamente inician empatados en las encuestas, con una ligera ventaja del primero a pesar de la alianza. Lo único cien por ciento seguro es que este año un Yunes gobernará Veracruz.