A propósito de la reinstalación del Consejo nacional de Vivienda...

La verdad es que no tendría que haber espacio para la mínima duda...

Las diferentes instancia, sean públicas o privadas, que analizan tanto pobreza, como desarrollo, terminan concluyendo que la vivienda y el lugar en que se ubica, son factores determinantes en la definición de los índices de calidad de vida y potencial de desarrollo humano y económico de toda persona.

Más aún de cara a una nueva realidad que establece que las ciudades son los grandes protagonistas en la definición de futuro, y que las viviendas solo cumplen cabalmente su función en la medida en que está firmemente vinculada a todos los servicios e infraestructuras que implica una ciudad.

Es simple; para que un país se fortalezca es imprescindible mejorar sus estructuras urbanas y la calidad del parque habitacional en que habita su población.

Sí... Sí se necesita una Política de Vivienda porque hay mucho por hacer para mejorar y, en su caso, renovar y hacer crecer el parque habitacional de los mexicanos.

Y es que si bien es cierto que en México existen más de 34 millones de viviendas, y que con ellas en teoría sobra y basta para dar cabida a poco más de 120 millones de mexicanos, es cierto también que de acuerdo con Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social), el rezago habitacional, que obedece fundamentalmente a criterios cualitativos, se ubica en poco más de 14 millones de viviendas.

Esta realidad es particularmente compleja si entendemos que la verdadera esencia del reto habitacional radica en la pobreza.

Porque ojo, solo cuatro de cada 100 mexicanos ganan más de 15,000 pesos al mes y más de la mitad de la población económicamente activa milita en la economía informal, lo que los margina de la cobertura de los mayores fondos de vivienda del país; Infonavit y Fovissste, y limita enormemente su posibilidad de obtener un crédito bancario para vivienda.

Ese es el tema; solo 3.7% de quienes conforman la población económicamente activa gana más de cinco salarios mínimos...No hay que buscarle; ahí está la verdadera esencia del reto habitacional.

Sí; se necesitan muchas nuevas viviendas, se necesita mejorar el parque habitacional existente, se necesitan instrumentos que permitan que cada persona tenga la respuesta adecuada a su particular reto habitacional, se necesita que esta política de vivienda esté en plena sintonía con una estrategia nacional de ordenamiento territorial y desarrollo urbano, y se necesita hacer todo esto como parte de un proyecto integral sustentable y sostenible.

Y hacer todo esto implica modelar una magnífica y poderosa Política Nacional de Vivienda, bajo un modelo que permita su aplicación en el ámbito local.

Es por todo esto que resulta una magnífica noticia el que apenas este lunes 28 de octubre haya sido reinstalado un Consejo Nacional de Vivienda, que a pesar de la importancia que implica, absurdamente dejó de sesionar hace más de cinco años.

La reinstalación hace evidente la importancia que la actual administración otorga a viviendas y ciudades, creando espacios que permiten que la definición del futuro de estas actividades, sea resultado de un proceso participativo, que apunta a esa integralidad que debe tener una Política de Vivienda para poder funcionar.

Convocados por la Sedatu (Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano), asistieron al Consejo representantes de los sectores público y privado, para reactivar el análisis y para conocer de primera mano las premisas que serán el sustento de una muy esperada nueva Política Nacional de Vivienda que, también se confirmó en este evento, será presentada a finales de noviembre.

Durante esta sesión se presentaron los siete ejes rectores de la nueva Política de Vivienda, mismos que también responden a conceptos fundamentales emitidos por la ONU; los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODSs) y los criterios que definen una vivienda adecuada:

1; Seguridad de la tenencia,

2; Disponibilidad de servicios,

3; Asequibilidad,

4; Habitabilidad,

5; Accesibilidad,

6; Ubicación y

7; Adecuación cultural.

El reto es evidente, detonar una Política de Vivienda que tenga como prioridades a la gente; la conformación de ciudades más eficientes, justas y competitivas, y la protección del medio ambiente.

Y claro, tampoco está demás puntualizar que una Política de Vivienda eficiente, detona una actividad productiva que impacta en cerca de 40 ramas de la economía, generando millones de empleos y llevando dinamismo a todas las regiones del país.

Gran paso la reactivación del Consejo Nacional de Vivienda. Cabe esperar, que la nueva Política de Vivienda tenga un poderoso impacto social, que contagie además a la actividad económica, creando en el proceso una inercia favorable para el potencial de todas las ciudades y regiones del país.

Ojalá.

Horacio Urbano es presidente fundador de Centro Urbano, think tank especializado en temas inmobiliarios y urbanos

Correo electrónico: hurbano@centrourbano.com

Twitter: @horacio_urbano