Urbanización
Las ciudades nacieron para dar protección y oportunidades a sus habitantes, lo que en la antigüedad propició el desarrollo de grandes Ciudades Estado que fueron el origen de enormes imperios.
En tiempos más recientes, la Revolución Industrial provocó enormes olas migratorias que a partir del siglo XIX fueron el origen del acelerado e irreversible proceso de urbanización que hoy define nuestra vida moderna y constituye la gran apuesta global en busca de un futuro planeado.
Un futuro que tiene retos enormes en todos los ámbitos, entre los que destacan por su importancia el ambiental, considerando que la urbanización es precisamente uno de los mayores contaminantes, y el social, con el enorme objetivo de evitar que siga creciendo la brecha de desigualdad entre ricos y pobres, y que la pobreza urbana condene al fracaso todas las utopías que van de la mano de la gran promesa urbana.
No es aceptable que los malos modelos de política, normatividad y gobernanza urbana provoquen que los procesos urbanos sean nocivos para personas y medio ambiente.
Menos aún cuando la gente no puede esperar a que los gobiernos se pongan de acuerdo para conducir la transformación urbana y buscan soluciones a sus retos habitacionales y urbanos bajo modelos irregulares que en ocasiones llevan a la gente a ocupar zonas de riesgo o patrimoniales, o sin urbanización o servicios públicos, y/o a caer o provocar enormes problemas que a la larga serán mucho más difíciles de atender.
Pero el hecho es que en nuestro país, durante estos primeros años del siglo XXI se ha estabilizado la tendencia de migración del campo hacia las grandes ciudades, lo que sin embargo, si bien frenó el crecimiento de las enormes zonas metropolitanas del Valle de México, Guadalajara y Monterrey, no ha evitado que en reflejo a ellas siguieran creciendo otras como Puebla, Tijuana, Mérida o todas las que forman el riquísimo e industrialmente pujante, Bajío.
Los 10 municipios más poblados del país
De entre los tantos datos que entregó el Censo 2020 realizado por el INEGI, destaca el de los 10 municipios más poblados del país, con el potente ejemplo de Iztapalapa, que con una población de 1.8 millones de habitantes, se ubica como el segundo municipio más poblado de México, y que junto con Ecatepec, quinto lugar, con 1.6 millones, y Gustavo A. Madero, con 1.2 millones, conforman un bloque de solo tres municipios que con casi 5 millones de habitantes, anticipan lo que puede significar la inmensa Zona Metropolitana Del Valle de México.
Ojo, que se trata de tres localidades que no solo destacan por el tamaño de su población, sino también por el alto índice de pobreza de una parte importante de la misma, lo que se agrava al entender que la carencia y baja calidad de infraestructuras y vinculación con el sistema urbano, son factores que agudizan esa pobreza.
La lista de los 10 municipios más poblados es encabezada por Tijuana, de explosivo crecimiento en las décadas recientes, que reúne ya 1.9 millones de habitantes, como corazón de una zona urbana sumamente compleja, que para fines prácticos conurbados municipios de este lado de la frontera, con todos los que al norte de la misma dan forma a la inmensa zona metropolitana de San Diego, California.
Sobra decir que si bien es una mancha urbana binacional, es en la parte mexicana donde se agudizan las carencias y la pobreza urbanas, alimentadas día con día con los migrantes que llegan a Tijuana buscando usarla como destino de paso en tanto se brincan pal “otro lado”.
Figura entre estos municipios, Puebla, en el cuarto sitio y con 1.7 millones de habitantes, y que a pesar de contar con una economía pujante, es de alguna forma una de las varias ciudades satélite de la Zona Metropolitana del Valle de México, es a su vez una gran zona metropolitana, y es espacio en que la señalada pujanza convive con altos índices de pobreza urbana.
Ciudad Juárez ocupa el sexto lugar, con 1.5 millones de habitantes, y con marcadas similitudes a lo que en materia de expansión y pobreza urbana sucede en Tijuana.
Completan la lista un grupo de municipios con características diferentes, marcados por su alto desarrollo económico y por ser polos de desarrollo regional, y en los que pareciera haber menos detonantes de pobreza urbana.
León, en el tercer lugar, con 1.7 millones de habitantes, y que forma parte del Bajío; Zapopan en el lugar siete, con 1.5 millones, y que junto con Guadalajara, que está en el lugar ocho, con 1.4 millones, son parte de una zona metropolitana altamente desarrollada, y cuyo caso es similar al de Monterrey, que ocupa el lugar 10, con 1.1 millones de habitantes.
Sobra decir que si la población se concentra en zonas urbanas, ahí hay que atacar de fondo las raíces de la pobreza, que nacen en las carencias urbanas reflejadas en falta de todo tipo de infraestructuras y servicios públicos, y en la falta de condiciones que permitan tener viviendas adecuadas que respondan a las necesidades y posibilidades de todos; y muy en especial, de los segmentos que están en la batalla entre sumirse en la pobreza extrema urbana y alcanzar una posición que les permita acceder a mejores niveles de movilidad social.
Es evidente el papel de las Ciudades en el combate a la pobreza. De ahí que sea una buena noticia el que esta realidad sea reconocida como prioridad nacional a partir de los programas de trabajo de la Sedatu (Secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano).
Pero a pesar de la importancia de que esto sea una política nacional, la Sedatu no puede sola porque no es responsable de la política pública, normatividad y modelo de gobernanza que se aplique en el ámbito local, ya que esos son temas que de acuerdo a la autonomía municipal corresponden precisamente a los gobiernos e instancias normativas municipales.
Es en los municipios donde queda mucho por hacer para coincidir en discursos y en hechos con la visión y objetivos de una estrategia nacional de ordenamiento territorial y urbano de alcance eminentemente social.
Es en el ámbito local, gobiernos e instancias normativas municipales, así como en las que desde el ámbito estatal o federal definen las inversiones en infraestructuras, donde se define el futuro urbano.
Reto enorme ante el desequilibrio entre municipios y ante la necesidad de poner todo en sintonía con una estrategia nacional, regional, metropolitana y municipal.
Reto enorme... Pero fundamental, porque es esencial como instrumento que permita generar prosperidad al mismo tiempo que se reduce la desigualdad.
* Horacio Urbano es fundador de Centro Urbano, think tank especializado en temas de desarrollo urbano, sector inmobiliario y vivienda.