La ciudadania tiene que ponerse los pantalones para no seguir el canto de las sirenas de promesas patito.
Uno pensaría que en un país en donde el 70 por ciento de la población vive en una ciudad, la planeación urbana tendría que ser prioridad en las plataformas de campaña de todos los candidatos a presidentes municipales. De todos, porque la trascendencia de las ciudades es tal, que su influencia regional alcanza incluso a municipios que por su lejanía siguen manteniendo una marcada esencia rural.
Cabria esperar proyectos de gobierno que reconozcan la importancia del ordenamiento territorial, el orden metropolitano y la vision urbana, con propuestas que traduzcan esa importancia en proyectos especificos, programas de gobierno y las partidas presupuestales indispensables para hacerlos viables.
Cabria esperar que en aquellos municipios que ya registren avances en estos rubros los candidatos hablen de continuidad y se alejen de la tentación de destruir lo que se ha avanzado.
Campañas basadas en propuestas; rechazar campañas populistas basadas en dádivas.
Es un sueño guajiro esperar que quienes pretenden ser alcaldes rehuyan el camino facil de limitar sus campañas solo a la descalificacion de gobiernos anteriores y contrincantes, en lugar de apostar por construir a partir de las propuestas.
Pero eso seria lo que como ciudadania habría que exigir; campañas basadas en propuestas y en el reconocimiento de la trascendencia que implica gobernar la célula básica de la estructura de nación; un municipio.
Como ciudadanos, la obligación tendría que ser rechazar campañas populistas basadas en dádivas y alejadas de propuestas profundas y bien sustentadas.
Una falta de respeto prometer tinacos y material de construcción para un voto
Habría que castigar negando el voto a quienes falten el respeto a la ciudadania prometiendo tinacos, bultos de cemento, cancelación de adeudos por servicios públicos o permitir colgarse ilegalmente de ellos, o no pagar impuesto predial.
Habría que cuestionar a quienes pretendan gobernar un municipio sobre temas como planeación urbana, rezagos en materia de infraestructuras o programas de vivienda.
La ciudadania tiene que ponerse los pantalones largos para no seguir el canto de las sirenas de promesas patito que manoseen con fines electoreros temas como invasiones de predios o legalización o abasto de servicios para los mismos.
Hay que decir "NO" a quienes presuman programas de vivienda.
Hay que castigar con el voto a quienes sugieran siquiera la posibilidad de apoyar invasiones de suelo en zonas de riesgo o protegidas.
Hay que decir no a quienes presuman programas de vivienda que no pasen de los acostumbrados repartos de laminas o no tengan el mínimo sustento.
En lugar de comerse esas campañas chatarra, habría que exigir a todos los candidatos propuestas para temas como la razón de que no exista una oferta de vivienda que responda a los retos de la comunidad, la falta o deficiente calidad de espacios públicos, o la corrupción relacionada con los tramites relacionados con usos de suelo o construcción.
¿Y qué va a hacer para que se puedan construir en nuestro municipio viviendas para que me alcance con mi crédito Infonavit?”
Habría que hacer preguntas como, “oiga señor candidato... ¿Y qué va a hacer para que se puedan construir en nuestro municipio viviendas para que me alcance con mi crédito Infonavit?”.
O qué tal; “¿qué va a hacer para actualizar los ya muy obsoletos instrumentos de planeación urbana de nuestro municipio, o qué piensa sobre la necesidad de implementar un modelo de gobernanza metropolitana que impida que nuestra ciudad sea un pegote desarticulado de un montón de municipios igual de mal planeados que el nuestro”.
No estaría mal que sus plataformas de campaña fueran juzgadas por especialistas y que cada candidato pudiera dar fe de sus capacidades y de su conocimiento, tanto del municipio, como de los programas existentes en los tres niveles de gobierno, que para él pudieran aplicar.
No estaría mal que esta vez, que muchos candidatos eran hasta hace unos días alcaldes en funciones y que hoy van en busca de la reelección, pusieran por lo mismo mucho mayor profundidad a sus proyectos, asumiendo que buscan continuidad y que ya han entendido la importancia del largo plazo y de la coordinación con otros municipios y con políticas de alcance regional.
El papel que juega la ciudadanía en la construcción de un mejor país.
Ojalá que la reelección tenga un efecto virtuoso que permita comprometer a los alcaldes y a la ciudadanía con los resultados y con la necesidad de proyectos sólidos con objetivos y estrategias de largo plazo.
Porque habría que ser mejores ciudadanos y a partir de ello exigir mejores candidatos... Y reconociendo la importancia de aplicar esta regla para todos los cargos de elección, poniendo especial interés en las elecciones municipales, que, a fin de cuentas, es precisamente en el gobierno municipal donde los ciudadanos tendrían que encontrar respuestas y un primer punto de contacto con su gobierno.
Empezaron las campañas... Esperemos que el que esto se nos venga encima en tiempos de pandemia, nos haga reflexionar sobre el papel que juega la ciudadanía en la construcción de un mejor país.
* Horacio Urbano es fundador de Centro Urbano, think tank especializado en temas de desarrollo urbano, sector inmobiliario y vivienda.
@horacio_urbano