¿Qué pasaría si los ciudadanos cuestionaran a los candidatos sobre temas que en verdad nos importan?

Nunca es justo generalizar, pero nadie me juzgará si digo que no hay nada que entienda mejor un político que el lenguaje de los votos.

Todo vale... Pero no les toquen sus sagradas reservas de votos porque ahí sí no... #conlosvotosno.

Y lo malo es que como ciudadanos nos hemos dejado atrapar por las guerras de lodo en que nuestra falta de clase clase política ha convertido nuestra democracia.

Se olvidan de las propuestas... Y nosotros nos dejamos...

Se olvidan y hacen que nos olvidemos de lo que verdaderamente nos tendría que importar y nos reclutan para ser parte de la polarización que vivimos y que se acentúa en tiempos electorales.

Pero qué pasaría si en lugar de caer en su juego de la chatarrización de nuestra democracia, los ciudadanos subiéramos el nivel del proceso electoral y empezáramos a preguntar a los candidatos cosas que en verdad nos importan. Cosas como sus proyectos de recuperación ante los efectos de la pandemia, o su opinión ante los retos urbanos o el rezago habitacional, exigiendo además que cada comentario venga con una propuesta muy bien armada y con claros alcances de impacto ambiental y social?

NO a las campañas basura

Pero sobre todo, que después de preguntar, no nos conformemos con evasivas que le den la espalda a estos temas y regresen a la tan conocida y rentable ruta de la grilla.

Sería bueno que como ciudadanía dijéramos NO a las campañas basura...Y mejor aún que este rechazo lo hiciéramos patente al momento de votar.

Sería muy bueno... Pero lo que sería mejor, y tristemente una verdadera sorpresa, es que los candidatos recogan ese reto y de ellos salga una nueva forma de hacer campañas privilegiando las propuestas.

Porque el horror que vivimos como proceso electoral y el horror en que se ha convertido la política a la mexicana, nos impiden pensar que de muy poco nos sirve aplicar el mexicanísimo pues “con estos bueyes hay que arar”...

Ese conformismo sirve para maldita la cosa y solo pone en evidencia la inmadurez y debilidades de nuestra sociedad en materia politica.

¿Qué pesa más para los candidatos?

No...Es en estos momentos cuando tendríamos que estar analizando a detalle las credenciales de candidatos y partidos... Buscando antecedentes y banderas, claro, pero buscando ante todo ideas...

Ideas sobre los retos que identifican relacionados con los cargos para que quieren ser electos... Ideas de cómo hacerles frente... Ideas de cómo poner en sintonía esas ideas con los proyectos de alcance regional que ya existen y ante la posibilidad de enriquecer esto con nueva información que retome tendencias, temas de coyuntura y la necesidad de asumir todo a partir de escenarios de medianlo y largo plazo.

Será muy bueno conocer bien a candidatos y propuestas, y hacer un esfuerzo por entender qué pesa más para ellos y ellas llegado el caso, ¿el compromiso adquirido con los votantes, hayan sido a favor o en contra, o los colores de su partido?

Porque entre tantas distorsiones de nuestra política destaca entre los peores el hecho de que una vez electos, quienes fueron candidatos se olvidan de la gente y asumen como su verdadera prioridad las agendas políticas, sean personales o de sus partidos.

Por ello quizá valga la pena que como ciudadanos reflexionemos en los temas que nos preocupan; economía, servicios públicos, seguridad, educación, vivienda, y un muy largo etcétera, y entendamos el papel que en su atención juegan, además del Presidente, legisladores (en sus diferentes órdenes), alcaldes y gobernadores.

¿Estamos hartos de la falta de planeación urbana, de la pobre calidad del transporte público o de la falta de vivienda?

Pues bien... Justo de eso hay que preguntar a quienes aspiran a ser electos legisladores, alcaldes o gobernadores. A cada uno en la parte que corresponde... Pero sin aceptar placebos políticos como respuesta.

No... Al medir a un candidato no importa si los de antes lo hicieron peor... No importa tampoco sólo el color del partido que abandere una candidatura...

Lo que a los ciudadanos tendría que importar saber, es qué piensan hacer quienes buscan ser elegidos para los cargos que tendrían que atender los temas que les son importantes.

Es tema del grado de madurez de una sociedad que debe asumir el reto de ser la que le marque pautas a su clase política, sin permitir desviaciones y con conocimiento pleno de que tiene en su voto el poder de definir el futuro.

El poder de rechazar los productos chatarra que nos sigue queriendo enjaretar una clase política que nos sigue quedando mucho a deber.

Es un poder enorme... Pero como diría el Hombre Araña; “todo gran poder implica una gran responsabilidad”.

¿Estaremos como sociedad a la altura del reto?

* Horacio Urbano es fundador de Centro Urbano, think tank especializado en temas de desarrollo urbano, sector inmobiliario y vivienda.

@horacio_urbano