Darle contenido a los movimientos políticos tiene sentido para definir cosas esenciales, como planes de trabajo, proyectos de nación y hasta agendas.
El gran vacío del Frente Amplio Opositor radica en plantearse como una "súper alianza de pragmatismo" capaz de vencer al PRI, pero sin una definición proyecto que demuestre, por ejemplo, que un Frente podría ser mejor que MORENA. Todas las dudas sobre el FAD giran en torno a los candidatos que lo podrían abanderar y en la contradicción ideológica que plantea.
El Frente Amplio Democrático bien podría plantearse contra el PRI -por discurso- o contra el mismísimo partido encabezado por Andrés -por exclusión - si pensamos en que el aliado natural ante la ausencia de las otras izquierdas es Acción Nacional, y que inclusive el Partido Verde ha mostrado interés en sumarse. Ambos partidos con políticas y planes de corte conservador social y de derecha económica.
Mientras que AMLO ha sido asociado con Venezuela y apoyado a líderes como Maduro presentando un claro proyecto contra el modelo neoliberal, el PRD pareciera acotarse a su vida electoral y aliancista sin llenar las dudas sobre su agenda, con el peligro de desdibujarse en el afán de estar dentro del juego.
Sin embargo hay una vía rentable para dar mucho más contenido a este Frente sin quedarse en el mensaje de Alejandra Barrales con aquello de que "el objetivo es sacar al PRI del poder a como dé lugar y cueste lo que cueste ", pues las figuras planteadas para el éxito de este frente, como los gobiernos de coalición y las segundas vueltas, contemplan simples cuotas políticas, la "justa" repartición del pastel y mantienen el vacío ideológico que marcará las líneas de actuación de un posible gobierno. Y esa vía es la de un FAD que abandere el compromiso con las libertades.
La plataforma de libertades nunca ha existido en México: libertades económicas y libertades sociales en un mismo proyecto. Esta es la oportunidad del PRD para que las garantías de no exclusión tomen lo mejor de la derecha y de la izquierda para construir un proyecto de nación, porque aunque el FAD concentrara la fuerza electoral para gobernar el país y la CDMX -que lo hace - el vacío ideológico lo haría carecer de legitimidad y los gobiernos, por mucha coalición, gobernarían sin garantía de respaldo a temas que son decisivos para el voto.
Para entender esto, hay que ubicar primero en el qué es eso de la ideología, la escala económica y la escala social. David Nolan hizo una suerte de mapa para ubicarnos en este tema, en donde las dos variables son : libertades sociales (aborto, legalización de drogas, subrogación de vientres, etc) y libertades económicas (menos impuestos, menos regulación para apertura de empresas, mayores incentivos financieros, etc) . Ambas libertades son graduales, y en este esquema avanzan de menor a mayor, creando 5 grandes grupos según el lugar donde se posicionan: liberal por oposición a totalitario, progresista por oposición a conservador y una región en el centro, la que habitualmente ocupa el PRI por ser la más aglutinadora y al mismo tiempo, la menos definida.
Ordinariamente el progresista es de izquierda (PRD) y el conservador es de derecha (PAN), pero en este esquema ideológico hay un punto de encuentro que nunca ha sido explorado y que le es urgente al país, y ese es el liberal en estricto sentido: una agenda con política económica de corte liberal como la de Acción Nacional y una agenda con política social de corte liberal - progresista en términos del PRD es la única propuesta que podría valer la pena para dotar de contenido al FAD.
El debate es más profundo que tener candidatos ciudadanos, AMLO lo entendió y construyó una narrativa social contra la "mafia del poder" (corrupción) y una narrativa económica contra las políticas neoliberales "que han empobrecido al pueblo". Hoy el FAD tiene claro lo que no quiere (al PRI, a secas) pero no ha propuesto lo que quiere y el vacío de información está fragmentando tanto al PRD en cuanto a opinión pública como al PAN en cuanto a su propia militancia.
Curiosamente, una alianza libertaria podría atraer a empresarios y activistas, y teniendo un claro discurso contra el totalitarismo que representa Andrés Manuel López Obrador, quien se coloca en este plano como conservador social y conservador económico.
¿Se atreverían a dar el paso los señores del FAD?