Los recortes al gasto operativo de la ciencia y la cultura han sido una salvajada. Y no, no hay otra manera de calificarlo.
Y al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) lo tienen con un pie en el cuello, lo están asfixiando con el recorte al 75 por ciento de su gasto operativo.
En nuestro horizonte sexenal tenemos obras y empresas de temporal que absorben recursos como esponjas y son equiparadas con actividades esenciales, y ni por equivocación les recortan un peso.
Qué es un país sin ciencia y sin cultura, nada, absolutamente nada.
Hace unas semanas una veintena de Centros de Investigación y Docencia dependientes del Conacyt también protestaron por los absurdos recortes al gasto, pero además tuvieron que soportar el bullying presidencial que los tachó de conservadores al equipararlos con los científicos de la época de Porfirio Díaz, que en realidad apoyaban a Limantour.
Cuando creían que todo estaba perdido en el Conacyt, el 1 de junio llegó la bondadosa orden presidencial para excluirlos del recorte.
Y si reconsideraron los recortes al Conacyt, no se entiende por qué siguen presionando al INAH.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) acaba de cumplir 80 años de trabajo impecable, dedicados a preservar el acervo de nuestro pasado. Y pese a ser una institución reconocida mundialmente, en nuestro país le pagan con un presupuesto marginal que apenas alcanza para cubrir salarios y trabajo de campo que se hace por amor al arte, no más.
Al igual que muchas instituciones en el país, con la pandemia todo empeoró, pues el INAH cerró los sitios arqueológicos cuyos ingresos complementan el gasto orientado a las investigaciones de campo y la preservación de sitios y edificios históricos.
Y el colmo, en medio de la pandemia el gobierno optó primero por un recorte a la administración pública del 50 por ciento, anunciado por la Secretaría de la Función Pública, que luego aumentó a 75 por ciento y que dijeron servirían para enfrentar la crisis pandémica del coronavirus. Sin tocar claro a las obras estrella de #YaSabenQuién.
La disposición ha causado graves daños, principalmente a instituciones de la ciencia y la cultura de las que los mexicanos estamos orgullosos.
El INAH levantó la voz pero no ha sido escuchado. Lo lamentable ocurrió hace unos días cuando 6 mil 152 investigadores y trabajadores de esta noble institución firmaron una carta para solicitarle al presidente de la República y a la Secretaría de Hacienda reconsiderar el “machetazo” presupuestal, pero en Palacio Nacional “se negaron a recibir la carta”.
Golpe bajo a la cultura
Lo absurdo es que el INAH ha padecido los últimos años un severo maltrato presupuestal y los recortes aumentan el riesgo de que sucumba por INAHnición.
De vivir don Miguel León Portilla seguramente habría estampado su firma junto a la de quienes rubricaron la petición de quitarle el pie del cuello del INAH, entre otros destacados científicos sociales y académicos como Eduardo Matos, Leonardo López Luján y muchas figuras más, todas de gran respeto.
Diego Prieto, director del INAH, hace lo humanamente posible pero lo tienen contra la pared, pues administra los pocos recursos que le quedan a la institución, intenta evitar despidos, capotea el déficit de mil millones de pesos que arrastra el instituto y hace malabares para evitar que desaparezcan los fideicomisos que ayudan a que este gran navío no se hunda.
Lo paradójico es que el Tren Maya parará en estaciones donde se podrán observar las ruinas de nuestra cultura, abandonada gracias a las políticas gubernamentales que parece no les importa la ciencia y la cultura.
El presidente de la República vive en un gran Museo viviente, el Palacio Nacional, patrimonio de todos los mexicanos y resguardado por el INAH. Y ni así.
En lugar de recortes, los mexicanos esperaríamos un sólido plan de desarrollo para el INAH, que podría darle importantes ganancias al país, pues ocupamos el sexto lugar en el mundo con sitios considerados Patrimonio de la Humanidad.
Tarjetazos de Melita Peláez (por aclamación)
1.- Hasta no ver…
El 16 de junio de 2016, 17 empresarios restauranteros y hoteleros de una zona de la playa de Tulum, en Quintana Roo, fueron desalojados y despojados de sus negocios por golpeadores profesionales.
A casi cuatro años de estos sucesos, los propietarios se han enfrentado a enredados procesos legales y topado con la cerrazón del juez federal, Ricardo Ruiz de Hoyo Chávez.
Actualmente las pérdidas de los empresarios suman los 300 millones de dólares, ya que las propiedades fueron destruidas.
Este caso ya llegó al escritorio del ministro Arturo Zaldívar, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, e incluso el presidente Andrés Manuel López Obrador se refirió a este tema y comentó que espera se haga justicia y si hay corrupción se persiga y castigue.
2.- ¿Felices en plena crisis?
A pesar de la crisis los mexicanos viven felices, felices, se les nota en la mirada, dijo #YaSabenQuién.
Pues que le pregunte al millón de mexicanos que perdieron su trabajo. ¿Qué no?
3.- Pues cómo estarían las cosas que en un conocido sitio web se publicó la nota de la revelación de #YaSabenQuién sobre la BOA, pero un día antes de que lo dieran a conocer en Palacio Nacional.
4- Parece que los principales enemigos políticos de #YaSabenQuién son sus colaboradores de comunicación social, miren que involucrarlo en uno de los ridículos más grandes del sexenio con la ¡BOA, la boa, la boa… y el presidente ni sabe ni sabe!
5.- Los gobiernos de Guanajuato y Aguascalientes fueron reconocidos por Fitch Rating con la más alta calidad crediticia, debido al sólido desempeño fiscal y sus niveles bajos de deuda.
6.- En la mañanera tienen una sección para difundir fake news como la BOA, otra en la que el vocero intenta leer poesía, ¿al rato alguien pasará a contar chistes?
7.- Qué nivel que nivel. Marcelo Ebrard nombró a su vocero Roberto Velasco, mejor conocido como #LordCacahuates, nuevo director para América del Norte.
8.- JPMorgan estima que la caída de la economía mexicana será de -10.5 por ciento en 2020; lo bueno es que en Palacio ya aplanaron la curva y dicen que estamos en recuperación.