Qué importante es capturar a un personaje tan buscado en el mundo de las drogas, pero también reflexionar en las condiciones del país que han hecho un campo fértil para que aumenten este tipo de actividades.
Hay factores que se pueden analizar como son la situación familiar, laboral, económica y social de nuestro país. Aunque es un asunto mundial a nosotros nos interesa el lugar donde vivimos.
Nunca van a tener justificación los malos manejos, el dinero mal habido ni ninguna otra actividad ilícita, por todo el mal que genera y por que acaba por salpicar muchos más ámbitos en la vida de las personas.
Es sabido que una actividad negativa conlleva a la otra, haciendo una cadena interminable de efectos lamentables.
Es bien sabido que la prioridad de todo ser humano es cubrir nuestras necesidades básicas, las necesidades mínimas para sobrevivir, como comer, dormir, tener seguridad, vivienda, oportunidades laborales, sentirse parte de un grupo o de una familia, cubriendo así nuestra inmensa necesidad de afecto. Actualmente no se cubren estas necesidades en un gran porcentaje de la población y cuando esto sucede hay personas que buscan otras opciones que les permitan sobrevivir, aún sabiendo los riesgos que esto conlleva.
Aunque es decisión de cada uno, no deja de impactar a toda la sociedad. La falta de una educación de calidad en las escuelas, la desnutrición, el analfabetismo, la falta de valores morales o más bien una jerarquización distinta de los valores, que finalmente se convierten en anti valores por no perseguir un bien.
En cuanto al aspecto familiar, sabemos que en muchos casos existe violencia física y verbal, desapego y abandono, falta de atención y de comunicación con nuestros hijos. Los padres y madres de familia, tenemos muchas obligaciones dentro y fuera de casa, situación que dificulta estar pendientes de nuestros hijos.
No sabemos cómo son, qué hacen, con quién se juntan, dónde pasan el día o la tarde. Qué piensan, qué necesitan, qué hacen en su tiempo libre. No podemos tenerlos todo el tiempo en casa, pero sí podemos brindarles una libertad vigilada, los jóvenes necesitan ser vistos, saber que su hogar es un lugar seguro, evitar la violencia verbal y física.
A veces concentramos nuestro interés en darles conocimientos pero es más importante enseñarles a luchar contra la adversidad, a salir adelante de situaciones difíciles, a actuar con rectitud, con integridad, con honradez. A que no todos los caminos son fáciles pero sí todos los caminos se pueden andar con la conciencia tranquila y con la frente en alto. Que a veces nos llama la atención lo fácil pero que eso no deja nada e igualmente se va.
Enseñarles a tener esperanza y amor por un mundo mejor. Enseñarles con el ejemplo que es lo que ellos ven, enseñarles que hay muchas formas de actuar y de ser, que hay muchas maneras de llenar vacíos, que hay muchas cosas en contra pero también hay muchas opciones y hay mucho que devolver al mundo. Su vitalidad, su alegría, su optimismo y sus ganas intensas de vivir.
Y que si los adultos nos hemos equivocado en tantas cosas, ellos las corrijan o las borren o las destruyan y que creen ese mundo que merecen, ese mundo que los espera, ese mundo con el que sueñan y que en realidad todos soñamos, pero que solo ellos pueden cambiar. ¡Buen fin de semana!