Dos semanas antes de las elecciones presidenciales, Grupo Reforma publicó una investigación sobre la residencia del líder petrolero Carlos Romero Deschamps en la antigua casa Teifaros, en el Fraccionamiento Las Brisas, en la bahía de Acapulco. Guerrero es uno de los estados más atrasados y violentos del país. De acuerdo con el último reporte de Medición de Pobreza del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), 2.3 millones de guerrerenses viven en pobreza y 868 mil en situación extrema, equivalentes al 65.2% de la población.
La propiedad del dirigente obrero está valuada en 6.4 millones de dólares (121 millones de pesos al tipo de cambio actual). En la víspera del reportaje, el candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade, encabezó un mitin con Romero, en Comalcalco, Tabasco, a quien agradeció haber logrado “que en la peor crisis que hemos atravesado, ni un solo empleo se perdiera en Pemex”.
Romero Deschamps, quien negó en una carta a Reforma la propiedad del lujoso inmueble, ascendió a la jefatura del sindicato de Pemex en 1996, y este año podría reelegirse para un quinto periodo. Es el líder más longevo del gremio, después de Joaquín Hernández Galicia, la Quina, a quien el presidente Carlos Salinas defenestró y puso entre rejas en 1989 por “posesión ilegal de armas de fuego”. En realidad, se trató de una represalia por haber apoyado la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas. Ese mismo año, Salinas impuso a Elba Esther Gordillo en la secretaría general del SNTE, en sustitución de Carlos Jongitud Barrios. Gordillo fue encarcelada a principios del gobierno de Peña por los supuestos delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada. Sin embargo, la idea general es que, como en el caso de la Quina, se trató de una venganza política.
El sistema premia o castiga según la conveniencia y la circunstancia. La lealtad y los servicios de Romero, amigo de Salinas de Gortari y de Carlos Slim, uno de los hombres más acaudalados del planeta, los ha pagado con creces. El líder sindical, promotor de la reforma energética, ha sido diputado federal tres veces y senador en dos ocasiones, en todos los casos por la vía plurinominal. Romero estuvo involucrado en el escándalo Pemexgate, trama para desviar fondos sindicales por mil 500 millones de pesos a la campaña presidencial de Francisco Labastida. El proceso por el delito de peculado electoral terminó sin castigo por falta de pruebas.
Romero cobra 171 mil pesos mensuales en el Senado, pero su salario como "trabajador" de Pemex es un secreto guardado bajo siete llaves. El comité ejecutivo del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, compuesto por 73 personas, recibe 7.8 millones de pesos al mes por concepto de apoyos, según el reportaje de Reforma (17-06-18). Si esa suma se dividiera en partes iguales, cada directivo recibiría alrededor de 107 mil pesos, con lo cual el ingreso de Romero se elevaría a 281 mil pesos, a toda luz insuficiente para comprar una mansión de 6.4 millones de dólares en Las Brisas, paraíso al que Ringo Starr, exbaterista de los Beatles, dedicó una canción en 1975.
La derrota del PRI el 1 de julio la explican gobiernos arrogantes e insensibles y casos como el de los Moreira, los Duarte y los Romero Deschamps. El enfado nacional hizo erupción, convirtió al PRI en cenizas e hizo pagar a Meade por culpas políticas ajenas. Peña y sus acólitos no pueden estar tranquilos. La pesadilla está por empezar