La percepción que tenemos sobre la realidad que viven los otros se construye  con la información que recibimos y con las vivencias o experiencias que obtenemos al sumergirnos en su entorno, lo anterior se transforma en aprendizaje que nos permite ser sensibles y conscientes de las situaciones de los demás.  

El comportamiento de políticos y funcionarios públicos comprueba su miopía ante el contexto y los trastornos que les provoca el ?poder?, los cuales van desde la vulgar ostentación hasta el infame derroche de recursos públicos.

La semana pasada el Director de CONAGUA tuvo la ?mala suerte? de ser fotografiado usando un helicóptero de la dependencia para trasladar a su familia, el suceso ha sido ampliamente comentado en los medios, para algunos pecata minuta, para otros, me incluyo, es una falta grave. En algún momento la ética y los principios fueron relevados por las argucias legales. El asunto no concluye con una disculpa y con el reembolso del combustible, el tema va más allá, el uso de recursos del erario para fines y gustos personales se ha convertido en una norma, con certeza en el instante que los Korenfeld exultantes abordaban la nave, se estaban cometiendo otros abusos.

Hace algunas semanas, alumnos del Colegio Cumbres publicaron un video en extremo misógino, que no solo reduce a las mujeres a simples objetos, también exhibe cuáles son sus principales aspiraciones; dinero y poder. Lo preocupante no son anhelos de estos chicos, ni que en unos años se conviertan en empresarios y hagan carreras  exitosas en el sector privado, lo relevante es que algunos de ellos terminarán en el sector público, como Secretarios de Estado, Diputados y/o Senadores. Qué podemos esperar de ellos, si en sus cabezas huecas solo caben; signos de pesos, increíbles mujeres y vivir como reyes.

Y como nunca es suficiente, la opulenta Angélica Rivera fue captada por la cadena Telemundo de compras por Beverly Hills, la esposa del Presidente es un ejemplo de insensibilidad y frivolidad, carente del más mínimo sentido común e inconsciente de la situación de miseria, corrupción  y crisis social que vive el país, acumula agravios contra los ciudadanos. Así con ligereza nos platica la inverosímil historia sobre la adquisición de su lujosa mansión y posa sin el más mínimo recato para la revista Hola, exhibiendo su estilosa vida, enfundada en vestidos y accesorios de miles de dólares.

El diagnóstico: estamos frente a gobernantes, funcionarios y políticos, lejanos de la realidad, insensibles e inconscientes. Exijamos austeridad en el ejercicio del poder.