MORENA mete en aprietos a Andrés Manuel

Con tres meses de anticipación, el nuevo poder legislativo ha precedido al ejecutivo que vendrá. Colándose por ese espacio, la aplanadora de Regeneración Nacional en el congreso avisó que derrumbará la evaluación educativa y con respecto a la reforma “no quedará ni una coma”. En su afán de acelerar una promesa de Andrés Manuel, arrasan con otra anterior promesa que, si bien ha tenido muchas fallas y errores, también contaba con aciertos nada despreciables, comenzando por poner a la niñez mexicana en el centro de la educación. Algo tan elemental, pero con anterioridad al 2013 ni siquiera se había considerado en los términos actuales.

El anunciar la cancelación de la evaluación educativa (incluyendo, por cierto, la que compete al estudiantado mexicano, y no solo al profesorado), más allá de que en la SEP tímidamente digan que la ley seguirá aplicándose hasta el 30 de noviembre, es en realidad el ominoso aviso de que no vale ni siquiera seguir adelante con la misma. A los miembros de los sindicatos más importantes de maestro país, ya se les anunció con bombo y platillos a través de estos legisladores que la evaluación no va y, como tal, entonces para qué presentarse a hacerla. 

Defienden con ello los legisladores —independientemente de que la SEP de Esteban la tendrá que afrontar después— la posición irreductible por parte de la CNTE y de (ciertos sectores) del SNTE de no realizar nunca más ningún tipo de evaluación.

Sin querer —o queriendo— han dejado a la SEP y a los maestros sin ninguna herramienta para demostrar su valía. 

 

La SEP y el INEE: la lentitud de la burocracia

Considero que hay evidencias de que tanto Andrés Manuel, como Esteban Moctezuma y el equipo educativo entrante, sí tienen pensado una recomposición o rescate de elementos que son necesarios y positivos de la evaluación, de esta y otras reformas en la educación, para con ello construir lo que ya ahora todos llaman la TRANSFORMACIÓN EDUCATIVA (así con mayúsculas).

Hasta hace unos días este grupo había estado caminando de una forma eficiente sobre la cuerda floja; entre cumplir el echar abajo la reforma y efectuar el rescate de los elementos de esta que podrían servir para una estrategia más amplia.

En ese fino balance, los otros dos actores más importantes, sin lugar a dudas son la SEP y el INEE. Sin embargo, el INEE, como cuerpo del Estado, reacciona muy lentamente y no pudo, no quiso o no supo cómo acercarse a tiempo al nuevo gobierno, tanto a su rama legislativa como a la ejecutiva. Aproximarse para transmitirle a dichos poderes, de una forma efectiva, las bondades de la evaluación y lo que de la misma era transitable. Coaligarse con la sociedad civil organizada, ligada al sector educativo que, si bien no constituye como tal un “cuarto poder” en el medio, sí podría haber participado coordinadamente en una defensa más coherente y estructurada de la evaluación y del nuevo modelo educativo.

El INEE, desafortunadamente, creyó que con una tenue (o nula) interlocución con el equipo de transición y con evidencias del trabajo del Instituto podría legitimar su existencia y continuidad. Pero la realidad es que no ha podido trasmitir lo que hacen y lo que nada despreciablemente sí se ha logrado. Como muestra basta que no tomó ningún tipo de preguntas de la prensa para decir lo que estaba pasando o piensan ante la posición asumida por la bancada de MORENA. Si bien nunca fue necesario que se envolvieran en la bandera de la reforma educativa, de la que son producto, sí era importante que priorizaran y participaran en consolidar la relevancia de la educación para el desarrollo nacional.

 

Una evaluación que va, sin ir

Por otra parte, la SEP al no querer dialogar con Morena, se ciñe a la ley, una ley que va de salida y, si bien está funcionando de acuerdo a derecho, con el proceso de evaluación docente a finales de octubre y noviembre, se tendrán momentos álgidos. 

Lo triste e irónico de la posición asumida por la SEP es que, en estricto sentido, la ley pasa a dar igual. Aunque la Secretaría de Educación diga que la evaluación sí va, en el fondo no va, pues ha quedado de antemano sin efecto. Los más de millón y medio de docentes se preguntan: ¿cómo para qué presentarme a un proceso de evaluación si todos estos componentes quedarán sin efecto a partir del primero de diciembre? La ley ha quedado como un simple cascarón, sin sustancia detrás.

Error por ende, tanto de la SEP como del INEE, de perpetrarse en una ley, sin haber insistido primero en defenderla o en explicar sus virtudes más esenciales.

 

La transformación educativa y sus salvadores

La invitación de AMLO y Esteban Moctezuma a Gilberto Guevara Niebla es más que un puente. Es incorporar, sí, a un gran luchador de la ideología de izquierda mexicana, encarcelado por pertenecer al movimiento del 68 y quien siempre ha tenido una voz congruente con la educación. Pero más significativo en estos momentos, don Gilberto sigue siendo consejero del INEE y, como tal, conoce los aciertos y errores tanto de la reforma como de la evaluación. Su incorporación significa retomar las teorías socialistas de educación y forjarlas en la práctica, así como resolver la forma y fondo de un nuevo tipo de evaluación.

En conjunto, tanto el próximo secretario, como el subsecretario, deberán crear la nueva SEP, que no solo sea adusta, sino que conjugue la integración de los docentes con la necesidad de los millones de alumnos y su sed por aprender. Podrán hacer la nueva subsecretaría de la educación básica, lo cual servirá al millón y medio de docentes que entregan todos los días su vida para la educación de los alumnos. Partir de cero es perder demasiado conocimiento medido en años y vidas, por ello eso no sucederá. Pero también deberá de tener como requisito sine qua non el poder desechar desde los malos manejos (así solicitado por Andrés Manuel), como las mañas, errores y formatos que ya son obsoletos o que han sido contraproducentes.

Gilberto y Esteban en esa absorción que harán del sector, sin duda se acercarán a gente de la SEP y del Instituto que tiene mucho valor y conocimiento. Allí una Silvia Schmelkes y todo un cuerpo importante que podrá ser absorbido y actuar como el equipo que reestructure el sentido de la educación básica o un buen esquema de evaluación, tanto docente como del estudiantado.

Esta opinión es personal, subjetiva y, sí, interesada, dado que colaboré en el INEE durante más de un año. Pero de igual forma es una reflexión desde el conocimiento de las personas que saben en la Secretaría de Educación y en el INEE, y de su trabajo realizado. De los errores de la reforma que deben sepultarse y de los aciertos de la misma que deberían ser salvados e incorporados en una verdadera transformación educativa.

Interés de que lo avanzado de forma positiva, siga sirviendo para la educación, los maestros y los niños de nuestro país. Interés de que la próxima SEP siga defendiendo el interés de Vasconcelos, Torres Bodet y Reyes Heroles. El interés que todos tenemos de hacer una Patria más grande, donde todos los mexicanos quepamos en igualdad. Esto, solo se logrará con una educación de calidad.