Hoy me encontré con una nota del periódico La Jornada la cual lleva como título "Aspirantes ciudadanos en el Edomex, ligados al PRI", llamándome la atención para escribir esta humilde columna, y es que no es para menos, además de que era de esperarse lo dicho en la nota de referencia, ya que resulta y es más que evidente que las llamadas "candidaturas independientes" son una falacia, un engaño en despoblado por parte del legislador.

¿Por qué aseverar que esta modalidad de candidaturas son falaces?

Resulta que los aspirantes a candidaturas independientes para Diputados Federales deben cumplir con requisitos sumamente difíciles, únicamente para poder contender, y es que legalmente deben recabar en 60 días firmas de apoyo que sean equivalentes al dos por ciento de la lista nominal correspondiente a su Distrito electoral, ¡eso es demasiado! Y con un gasto diario de casi dos mil pesos, siendo que esto se derivó de la reforma político electoral del 2012, que no es más que otra cuestión de retórica y política ficción para los ciudadanos que no cuentan ni con padrinazgos ni Partido Político, existiendo una amplia, flagrante y evidente desventaja frente a quienes sí se encuentran con estos respaldos, sin dejar pasar por desapercibido que esta inequidad atenta gravemente contra los derechos humanos y nuestra Constitución.

Es por lo anterior, por lo que resulta hasta comprensible que los ciudadanos que desean contender por una curul independiente el que tengan respaldo en un Partido Político, o que en su defecto, hayan tenido algún cargo público, o en el peor de los casos, únicamente cuenten con alguna amistad "poderosa" que los patrocine e impulse, máxime que debemos ser honestos, quienes pretendan una "curul independiente", con ese solo hecho es evidente que lo que buscan es tener poder o fuero constitucional para al final del día terminar como los políticos tradicionales que en teoría critican y hasta dicen detestar. ¿O acaso me equivoco mi querido lector?

Pasando al tema de los Delegados con licencia, ex Delegados, chapulines, como usted le guste llamar, es aberrante que más allá que estos ex funcionarios además de no contar ni con ética ni respeto frente a la gente que confió en ellos plasmando su confianza a través del voto para comandar su Delegación Política y que todos sin excepción lo hicieron de cuestionable manera, y sin concluir su periodo para el cual fueron electos solo por no dejar el trampolín del hueso, aún es peor que el Estatuto de Gobierno del Distrito Federal les permita y solape a estas personas deshonestas este actuar, pero ya estará la decisión en usted mi querido lector si vota o no por estos "personajes".