Para combatir la delincuencia organizada, no existe un solo camino; son múltiples y hay algunos que pueden provocar más o menos violencia. Desgraciadamente en los últimos años se eligió por el camino que más provoca violencia en la reacción, la de enfrentar a los delincuentes por medio de las armas, éstos respondieron de la misma forma.

El gobierno actual se enfoca en capturar a las cabezas de las bandas, la reacción es que los segundos y terceros de a bordo se enfrentan entre sí para determinar quién se queda al frente, o incluso, fracturan las bandas para que, de una se hagan dos o más.

En España, por ejemplo, cuando se trata de desarticular una organización delictiva dedicada al narcotráfico, hay entre 400 y 600 detenidos en bloque, en una operación nacional, que permite descabezar verdaderamente una organización, porque no sólo se detiene a los jefes, sino también a los operadores de la parte financiera, a los de trasiego de drogas, a los de transporte y almacenaje y entonces sí, se desarticula la banda sin violencia.

También hay un “lavamanos” de gobernadores y presidentes municipales irresponsables que, en la farsa de ver cómo se zafan del problema, simplemente abandonan la lucha contra la delincuencia, argumentando que “como es delincuencia organizada, no les toca”. Pero para los ciudadanos “sí les toca”, simplemente por el hecho de que ellos asumieron la responsabilidad de gobernar una región, un estado en este caso, y no lo están haciendo.

La crisis de inseguridad pública que tenemos, genera violencia y está fundada en la impunidad, aunque tiene solución. Desafortunadamente a veces vemos este asunto como si estuviéramos condenados a seguir por esta senda. Se puede cambiar. El futuro no tiene que ser como el pasado, si sabemos qué elementos del proceso tocar; de dónde venimos, en dónde nos equivocamos, qué hicimos mal en este proceso.

Por otra parte, cada quien tiene que atender su propia casa, de otra forma la casa se le va a caer encima. Y eso es lo que está pasando en varias partes del país. Hay que cambiar este punto. Es indispensable la organización vecinal. Si pretendemos que el Gobierno Federal solucione los problemas estamos perdidos, porque éste plantea puras soluciones centralistas.

Cómo vamos a recuperar el país, si no es casa por casa, colonia por colonia, municipio por municipio, estado por estado. Si pensamos que las soluciones están sólo en la Federación, vamos a llegar a una visión de que el Gobierno Federal lo puede hacer todo. Y realmente no puede hacer muchas cosas. Sus recursos están totalmente agotados.

Tenemos que fortalecer los municipios, y éstos deben tener responsabilidades. Es necesario reformular la figura del municipio y su cercanía con la sociedad. Tenemos que darle más facultades y no quitárselas. Hay que poner ministerios públicos municipales, toda vez que serían más baratos y más eficientes que las procuradurías. Necesitamos una Policía Nacional o Policía Única, que se destruyan las policías municipales.

El Gobierno Federal anterior se equivocó de estrategia, hizo una que generaba más violencia y el actual le dio continuidad. Eso está probado, comprobado y sentenciado por los historiadores de este país. No hay nada más que discutir. No fueron integrales. No desmantelaron la parte financiera de los cárteles. No vieron el problema social que la generaba. Pensaron que con sacar al Ejército a combatir los cárteles iba a ser suficiente. Se trata de un proceso social, donde la base es enteramente social.