La gran mayoría de los seres humanos mayores de 6 años que habitamos este Planeta conocemos los efectos de la basura mal desechada a corto y a largo plazo, las imágenes de las tortugas marinas intoxicadas con plásticos humanos son desgarradoras.
A pesar de que la decisión de México de separar la basura en orgánica e inorgánica fue una medida bastante racional para lograr de alguna manera reciclar todo lo que pueda ser reutilizable y desechar lo que ya es inevitablemente basura, ha causado confusiones desde un punto de vista gramatical, todo lo orgánico es lo que es de la Naturaleza, incluyendo cartón, papel, etcétera y no sólo el desperdicio de comida, y lo inorgánico, aunque pueda ser reciclable, es, por ejemplo, el plástico.
En términos generales, toda la basura puede ser, de alguna manera, reciclable, lo más importante es poder separarla adecuadamente para tal fin, y así lograr recuperar los recursos utilizados y minimizar o evitar el daño al Medio Ambiente.
Para esto se requiere Civismo, pero al parecer, la Humanidad actual en general ya no está interesada en el bienestar de la Humanidad actual.
Hubo una iniciativa bastante humanitaria de separar la basura en 4 diferentes clasificaciones, pero esto también ha causado confusión.
Yo propongo que la basura sea separada en 2 diferentes categorías:
Basura limpia y Basura sucia.
Independientemente de su origen químico.
Metodología:
Toda la basura que esté limpia: cartones, periódicos, papel, latas que previamente se dejaron secar o se lavaron con 30 o 40 ml de agua o se envolvieron en una hoja de papel periódico, botes de cartón de jugos con la misma metodología, botellas, celulares inservibles, aparatos electro-domésticos, muebles, útiles escolares ya caducos, etcétera, en una separación.
Toda esta basura limpia sería muy fácil de manejar, de almacenar, de separar y de reciclar.
Por otra parte, la basura que ensucia y que podría ser reciclable como orgánica en la otra separación, con la posibilidad de que pueda ser sellada para evitar contaminación: restos de frutas, restos de comida ya no ingerible o echada a perder, sobrantes de verduras, por ejemplo, las hojas de los apios o la primer capa de las cebollas, cartones sucios que no pudieron limpiarse, etcétera.
Y por último, que haya un apartado especial para todos los residuos peligrosos, como baterías descargadas, sobrantes de líquidos de automóviles incluyendo anticongelantes, medicinas caducadas, etcétera, para que sean manejados separadamente de todo lo demás, como ya se hace.
Si logramos estas medidas en México aunadas a la Cuarta Transformación, seríamos, a corto plazo, ejemplo a seguir para todo el Mundo.