Hace días leíamos que el trabajo del abogado puede ser reemplazado con Inteligencia Artificial y desde que comenzó la revolución industrial también hemos escuchado que la mano de obra, tal como la conocemos actualmente, (sí, 2 siglos después de la revolución industrial) desaparecería, cosa que no ha sucedido.
La vorágine de opiniones en torno a la pérdida de empleo por la implantación de la Inteligencia Artificial vuelve a tomar fuerza, no solo hablando de líneas de producción, sino también afectando teóricamente a los profesionistas de las leyes, lo que se ha convertido en tema de estudio estas últimas semanas.
Tomemos en cuenta que el ejercicio de las leyes no consta de un método empleado por arte de magia, ni que el trabajo del juez son resoluciones que se sacan de una caja prestablecida precisamente para ello.
Pero también debemos de tomar en cuenta que la Inteligencia Artificial es según el sitio salesforce "...el campo científico de la informática que se centra en la creación de programas y mecanismos que pueden mostrar comportamientos considerados inteligentes...", por lo que no resulta del todo fuera de lógica que el trabajo de algunos profesionistas de las leyes se encuentre entre los elegidos para ser llevado a cabo por la Inteligencia Artificial.
Ahora, tomemos en cuenta como lo dice el Dr. Yong Rui, una eminencia en Inteligencia Artificial: "La inteligencia artificial no se puede ver como una contraposición de la humana. No es comparable. A la inteligencia artificial le falta sentido común, por ejemplo. En los comienzos, los pioneros sí esperaban un comportamiento similar. Lo que sí vamos a encontrar es intercomunicación natural entre humanos y máquinas", por lo que podemos encontrar que en efecto pueda ser llevado de la mano el trabajo jurídico para ciertas tareas, no así para ser reemplazado totalmente y así en diversas profesiones que pueden ser mejoradas.
El ejemplo más claro es que en las siguientes industrias del viejo continente donde existe el trabajo automatizado por robots es automóvil, alimentos y bebidas, metal, caucho y plásticos, madera y muebles, educación, eléctrico, electrónico, cristal, cerámica, construcción, papel, agricultura, textil, etc. Ahora bien, como los robots han sido incorporados a las empresas, algunos sindicatos y la misma izquierda parlamentaria de España ha pedido que este trabajo sea pagado con impuestos por los beneficios en la mejora de la productividad y esto podría provocar fuga de capitales en el viejo continente.
Por lo tanto, el trabajo del robot y la Inteligencia Artificial son temas que se tienen que abordar de lleno desde el punto de vista legislativos y por supuesto profesional. Aunque como lo dice el Dr. Yong, el sentido común es el que nos hace humanos y a pesar de que la mismo IA nos ahorraría millones de dólares, debemos de tratar la tecnología con respeto y equilibrio.