Luisa María Alcalde, propuesta de Andrés Manuel López Obrador para titular de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS), plantea como objetivo recuperar el salario mínimo para que sea digno para las personas.
Bien, es un anhelo de los trabajadores. Y es parte de la justicia social negada por el Gobierno Federal, aunque éste no otorga el salario mínimo, solo interviene en la fijación del monto del mismo junto con los representantes de los sectores obrero y patronal en la Comisión Nacional de Salarios mínimos.
Pero el gobierno puede establecer las condiciones necesarias para que los empresarios (personas morales o físicas con actividad empresarial), los comerciantes, industriales y todo aquél inserto en el sector productivo del país, puedan tener más ingresos para pagar salarios a partir del mínimo digno.
¡Es el sector patronal el que desembolsa para pagar el salario mínimo, no el gobierno! Claro, éste también es patrón, pero su situación es distinta porque solo exprime al contribuyente y atraca a PEMEX para tener presupuesto, no padece las angustias de los empresarios.
Evidentemente, no hablamos de empresarios de las grandes ligas como Poncho Romo, que tienen la vida resuelta y hasta se da el lujo de participar en actividades políticas al lado de Andrés Manuel López Obrador, ahora Presidente Electo de los Estados Unidos Mexicanos.
Quién sabe si ocurra en otros países, pero en México es un calvario abrir mediana empresa o un “changarro” porque lo primero es dar de alta en Hacienda a la persona moral o física con actividad empresarial y de inmediato le empiezan a cobrar impuestos.
No hay un periodo razonable de gracia fiscal que le permita capitalizarse, considerando que tuvo que realizar una inversión inicial, el pago de sueldos a los trabajadores sin tener ventas suficientes aún, el pago de servicios y todavía el de impuestos (o contribuciones).
Y no contento el gobierno con el cobro de impuestos sin ton ni son, manda las revisiones, las cuales lejos están de ser un bonito acompañamiento de las dependencias para ayudar al cumplimiento de la norma, que los empresarios no quieren violentar.
Sin embargo, las violentan porque los trámites son engorrosos y las normas inentendibles.
Más bien parecen normas ex profeso para nunca entenderles con el ánimo de multar a los empresarios y comerciantes. Hasta parece que es el único objetivo de las dependencias del Gobierno Federal: Imponer multas. Claro, es una forma muy fácil de obtener ingresos.
Esperemos que las cosas en realidad cambien en la próxima administración federal encabezada por Andrés Manuel López Obrador, de Morena. Y si bien proviene del PRI, deberá demostrar estar convertido en colesterol bueno.
En fin, que es buena la intención de Luisa María Alcalde. Pero deberá hacerlo como una acción inter-institucional, de manera conjunta con las diversas dependencias involucradas, de modo tal que conduzca al éxito la implementación de un salario mínimo digno, lo cual implica cuidar a la “gallina de los huevos de oro”.
Y esa “gallinita” son los contribuyentes, que en su mayoría son empresarios o comerciantes. ¡Hay que cuidarla, no exprimirla hasta matarla!