El 10 de diciembre se conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en coincidencia con la publicación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948. El valor de este día recae en el reconocer la heterogeneidad social y nuestro compromiso con gente que nos rodea, pero sobre todo representa una oportunidad magnífica para darles voz a las personas excluidas.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos compromete a las naciones miembros de la ONU a promover y proteger los Derechos Humanos en sus territorios, siempre partiendo del entendido de que la dignidad humana es soporte de la libertad, la justicia y la paz. Este documento es uno de los grandes logros de la comunidad internacional. Se necesitaron dos Guerras Mundiales y millones de víctimas para que las naciones pudieran alcanzar un marco normativo común para proteger y garantizar la dignidad humana sin importar el sexo, la nacionalidad, el origen, el color de piel, la religión o cualquier otra condición. A pesar de esto, a casi 70 años de su publicación, los Derechos Humanos siguen sin ser respetados en muchas partes del mundo; en particular, en países como el nuestro, este fenómeno es un tema urgente de atender.
Conmemorar este día muchas interpretaciones. En primer lugar es un momento que nos invita a reflexionar sobre la importancia de generar una sociedad sin miedo a heterogeneidad entre los individuos. Luego nos recuerda nuestro deber con aquellos que tienen una forma de vida distinta a la nuestra. Ambos aspectos forman la base de los acuerdos que permiten convivir como grupo social, crear compromisos y, en última instancia, acatar la ley. Por lo tanto, el significado de esta fecha resulta crucial para no olvidar que la diversidad es uno de los grandes valores que debemos trabajar como sociedad.
El punto sustancial del Día Internacional de los Derechos Humanos es la oportunidad que nos ofrece para hacer visible la situación de las personas excluidas y garantizar que ejerzan sus derechos plenamente. Es la exclusión el primer escenario que todas personas cuyos Derechos Humanos hayan sido comprometidos debe enfrentar, por eso es común escuchar historias terribles donde los afectados cuentan cómo fueron revictimizados por el mero hecho de denunciar el abuso. La consecuencia de esto es el abandono de porciones completas de nuestra sociedad y equivale a la negación y anulación del “otro”, del “diferente”.
Es pues el el Día Internacional de los Derechos Humanos una ocasión idónea para reconocer las diferencias entre individuos, celebrar la diversidad social y comprometernos con nuestros semejantes, y principalmente: luchar por espacios dedicados a promover la visibilización, denunciar la exclusión y reforzar el compromiso de velar por ejercicio libre de los derechos. Sólo considerando lo anterior lograremos transcender a una mejor sociedad, una dónde reconozca el valor de lo diferente en vez de representar un obstáculo para ser feliz.
Flor de loto: Lo que para algunos es normal, para otros es excepcional.