Ningún político mexicano ha hecho tan público su expediente médico. Empecemos por decir esa gran verdad. Todos sabemos que hace muchos años, a mediados del sexenio de Enrique Peña Nieto, el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador sufrió un infarto. Lo trataron excelentes especialistas mexicanos, se recuperó y desde entonces está muy bien. Su ritmo de trabajo lo prueba. Por cierto, no le saca la vuelta al tema y hasta presume los medicamentos que toma.

Pero Raymundo Riva Palacio, columnista de El Financiero, insiste en divulgar la mentira de que Andrés Manuel se siente mal. Ha dicho en su artículo de este martes 3 de septiembre lo siguiente:

“Le urge (al presidente López Obrador) consolidar su visión de país de forma muy rápida, porque cree que su corazón no le alcanzará para acabar el sexenio –pese a que no hay ningún indicio de que esté mal, incluso su rechazo a viajes largos en avión tiene que ver con este temor”.

√ ¿Es médico Raymundo? No. Ni siquiera puede presumir de ser periodista dedicado a los temas de salud.

√ ¿Los médicos que han atendido a Andrés Manuel informan al columnista de El Financiero? No, y lo más probable es que ni siquiera sepa quiénes son.

√ ¿Habla Riva Palacio en confianza con Andrés Manuel? No, ni habla con confianza ni sin confianza con el presidente de México: el mencionado periodista no tiene mayor relación con AMLO; si acaso lo habrá visto una vez, a solas, en lo que va del sexenio, pero lo más probable es que ni eso haya ocurrido.

√ ¿De dónde saca entonces que Andrés Manuel, que todas las semanas realiza vuelos cortos —y no tan cortos: viajar a Baja California o a Sonora ya es el 25% de un viaje a Europa—, no quiere visitar otros continentes porque teme que se complique su salud?

Ese es un invento del columnista de El Financiero, que es él mismo viajero frecuente, por cierto: alguna vez lo vi en un aeropuerto de Europa, donde Raymundo embarcó en la primera clase de Air France para volver a México y yo en la sección ejecutiva. Confieso que me morí de la envidia, pero ni modo, don Ray gana más que yo, es decir, se permite tales lujos porque los vale.

¿A quiénes los médicos aconsejan no viajar en avión?

√ A los recién nacidos antes de cumplir 48 horas de edad. Después de ese periodo, pueden dar la vuelta al mundo si sus padres quieren.

√ Mujeres después de la semana 36 de embarazo o después de la semana 32 en embarazos múltiples.

√ Personas con serias infecciones de oído y nariz. Son muy visibles, así que no es el caso del presidente de México.

√ A quienes estén en el periodo del síndrome de descompresión de los buzos. Andrés Manuel practica el beisbol, no el submarinismo.

√ Hombres y mujeres con problemas cardiacos recientes. No es el caso de Andrés. Él hace bastante tiempo superó una crisis de ese tipo y, desde entonces, ha ido al menos dos veces a Europa y una a América del Sur.

√ Cirugía reciente. No ha tenido ninguna el presidente de México.

√ Anemia falciforme. Este problema de la sangre no lo tiene López Obrador.

√ Afecciones oculares. Más allá de la vista cansada —como la de Riva Palacio y la mía—, Andrés Manuel no está enfermo de los ojos: sería muy notorio.

¿Se non è vero, è ben trovato?

En resumidas cuentas, si Andrés Manuel no cruza los charcos del Pacífico y el Atlántico se debe a que no lo considera necesario: piensa que la mejor política exterior es la interior y confía en que siempre lo representará muy bien el canciller Marcelo Ebrard.

Cualquiera otra especulación es producto de la mentalidad, periodísticamente fuera de los límites de la prudencia, de un columnista famoso que intenta de esa manera seguir llamando la atención. Le funciona: me puso a mí a escribir sobre sus fantasías.

Lo que falla en este artículo de Raymundo es que ni siquiera cabe decir aquello de "se non è vero, è ben trovato". La verdad de las cosas, le faltó gracia a su fábula. Le sugiero aplicarse más en la próxima. Un escritor tan inteligente como Riva Palacio puede y debe dar mucho más a sus lectores.