“Como decíamos ayer” -parafraseando a Fray Luis de León, el “martillo de la vida”, en su cátedra de la Universidad de Salamanca- y a Miguel de Unamuno -al volver a la misma universidad tras su destierro en Fuenteovejuna- aquí está la 2ª parte del otro “martillo” en que se ha convertido para la 4T, el ex ministro de Hacienda con el gobierno de AMLO, Carlos Urzúa.
Les platico: Lo que ayer les conté de la cátedra que dio en un simposio internacional sobre la economía de México pueden leerlo -si quieren- en las siguientes ligas.
https://www.sdpnoticias.com/columnas/do-ma-mes-parte-1-eso-dijo-carlos-urzua-del-gobierno-de-lopez-obrador.html
Es una bendición para la 4T el que ellos puedan controlar las dos cámaras -la de diputados y la de senadores- porque si no fuera por eso, sería muy difícil que los “representantes” de los mexicanos en los órganos legislativos, aprobaran las alegres, alucinadas y exacerbadamente optimistas cifras del gobierno federal respecto al presupuesto de ingresos y egresos para 2021.
Estamos hablando de egresos por $6.3 billones de pesos -millones de millones de pesos- que no necesariamente son los ingresos que se espera recaude el gobierno, pues de seguro va a haber un piquito de deuda que se va a contratar con los bancos internacionales.
Sí, este es un mundo de dinero, pero no lo es tanto si nos damos cuenta a dónde va a ir a parar semejante brutalidad de ceros a la derecha de ésta cifra.
Pues ahí les va: Lo primero que la 4T tiene qué hacer, es descontar de esos 6.3 billones, $1.7 billones que corresponde a lo que se llama “gasto no programable”, que son los que se van a tener que hacer a huevo, porque en esos, el gobierno no tiene mucha capacidad de maniobra. ¿Cuáles son esos?
GASTO NO PROGRAMABLE.
El pago de intereses y amortizaciones sobre la deuda del sector público mexicano interna (el gobierno federal, PEMEX y la CFE, principalmente). Esto debe pagarse a fortiori y aquí destaco que solo PEMEX debe $100,000 millones de dólares.
En este rubro van también las participaciones a los estados y municipios del País, que el gobierno federal debe entregarles.
Aquí una anotación: hay impuestos federales por excelencia, como el 16% del IVA, la invención francesa de los años 40, que en todo el mundo se aplica sobre el valor que los diferentes componentes del sector productivo agregan a los productos y servicios.
Estados Unidos es de los pocos países que no tiene ese impuesto, pues ellos solo aplican el llamado “sales taxes”, los impuestos a las ventas.
El ISR, que es el impuesto del 30% sobre el ingreso, también es federal. Otra vez, en EU no existe esto.
Y en México hay unos adicionales que se denominan “especiales”, como el de la gasolina.
A su vez, los municipios tienen otros impuestos locales, como el predial, el derecho sobre las aguas, y los gobiernos estatales están bien amolados porque tienen muy poca facultad tributaria.
Uno de los pocos es el impuesto sobre la nómina, que es un tanto perverso porque está ligado a los empleos que las empresas generan. Ahora resulta que hasta por darle chamba al pueblo hay qué pagar impuestos.
Había uno que tenían, el impuesto sobre la tenencia vehicular, creado en 1962, pero muchos Estados cometieron el error de eliminarlo con fines netamente electoreros.
GASTO PROGRAMABLE.
Las pensiones, que son un dolor de cabeza porque crecen inexorablemente. México tendrá qué destinar a este rubro $1.2 billones de pesos (restados a los $6.3 billones). Aquí van las del IMSS, ISSSTE, las de los adultos mayores de 68 años.
Esta carga fiscal es tan grande, que todo el IVA que se recauda, no alcanzaría para pagar los $1.2 billones.
Nos quedan $3 billones, pero todavía hay qué pagarles a los poderes legislativo, judicial; a los organismos autónomos como Banxico, el INEGI, la CNDH, el INE, etc.
Y esto representa $1.4 billones de pesos. Ahora ya nomás nos quedan $2 billones, a los cuales hay qué tumbarles las aportaciones específicas que la federación debe entregar a los Estados para salud, educación y otros, que son del orden de $800,000 millones.
También hay que restarle unos $200,000 millones lo que se paga en seguridad nacional, Sedena, Marina y a todas las secretarías del gobierno (Gobernación, Hacienda, etc).
Todo lo narrado hasta ahora son lo que Hacienda denomina GASTOS OBLIGATORIOS.
Ya nomás queda $1 billón. Y ¿qué se va a hacer con eso poquito que le queda a la 4T? Ni más ni menos que la importantísima INVERSIÓN PÚBLICA.
Pero se me acabó el espacio. Mañana le seguimos con la 3ª parte. A ver si no sale más para una 4ª…. Pero no Transformación…
CAJÓN DE SASTRE.
“Chinelas contigo”, expresa la irreverente de mi Gaby, ya medio ennumerada con tanto número.
placido@detona.com
PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “Maria Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Forma parte de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe todos los días su columna IRREVERENTE para prensa y TV. Maestro de distinguidos comunicadores en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras. Como montañista ha conquistado las cumbres más altas de América.