Si usted de pronto percibe que alguna senadora o senador anda con los ojos rojos, un poco eufórico o lento en sus discursos, pues ni están desvelados ni resfriados, seguramente están haciendo cabildeo en el tema de la legalización de la mariguana.
México está perfilándose para formar parte de los países y estados en los que el consumo de la mariguana será legal, primero para fines médicos con los principios activos regulados, pero también formará parte de las cadenas de producción y comercialización de los muchos derivados de la planta y de sus componentes para su consumo lúdico, o sea para andar bien pachecos, como dice el clásico.
Aunque los consumidores –atrapados hoy en el mercado ilegal- festejarán que podrán consumir mariguana sin que sea delito, la experiencia de países como Uruguay y las observaciones de la ONU coinciden en que la legalización de esta droga no es la panacea ni resuelve los problemas inherentes a las drogas, sobre todo el de la violencia y el crimen organizado.
El tema médico es distinto y ese ha avanzado mucho. No hay datos que aseguren que la legalización de la mariguana influya en una disminución de la violencia, tampoco hay garantías de que un fumador de la yerba evite consumir otro tipo de drogas duras ni que con esto se logre erradicar el mercado informal. Para la ONU la principal preocupación es que es un problema de salud principalmente para los jóvenes.
La producción, distribución y consumo de la mariguana hoy es un negocio criminal de muchos millones de dólares, pero se amplificará cuando pase al mundo legal y su consumo lúdico no sea penalizado. Negocio en el que el Estado tendrá su parte de ganancia.
Aunque el consumo de la mariguana fue muy popular en la época de la Revolución, hasta le compusieron una canción, los pueblos mesoamericanos en la etapa prehispánica no le hacían a la mota, no existía. Dícese que Cristóbal Colón y sus navegantes trajeron la yerba en sus carabelas en forma de cáñamo. Años más tarde una de las especies que comerciaron con Oriente fue la yerbita que ataranta.Y por lo que se ve gustó mucho andar como lagartija.
En la perspectiva de que este será un jugoso negocio, los cabilderos hacen todo para convencer a los legisladores de las bondades de la yerba. Aparte de publicitarlo como un buen remedio anti estrés, hay argumentos fantásticos como este que la primera Biblia de Gutenberg fue impresa en papel de cáñamo, primo hermano de la mariguana; que quitándole el principio activo, la yerba servirá para fabricar telas, papel, plásticos y hasta papel de baño que ni se siente. Y el tema gourmet está enfocado al mercado vegano.
Un reportaje sobre la experiencia cannabica en Uruguay, del periodista Hugo Rius, de Prensa Latina, refiere el proceso impulsado en el gobierno de José Mujica para liberar de las garras del crimen a 160 mil consumidores potenciales de la cannabis en aquel país.
En 2013 se otorgaron licencias a las farmacias para su distribución, previo registro y dio permisos a empresas para su producción y distribución, de capital transnacional por cierto.
Hoy se producen ocho toneladas mensuales del estupefaciente para consumo local –imagine lo que se produce en México- existen casi siete mil autocultivadores registrados y alrededor de 70 clubes con membresías. Es muy común ver en las calles y parque de Montevideo a personas fumando mariguana sin que importe presencia de niños, familias y jóvenes.
La violencia no ha desaparecido y en 2017, según un estudio de la Universidad de ORT citado por Prensa latina, el 45 por ciento de los asesinatos tuvieron que ver con peleas por el control territorial de los narcos. “El viejo (José Mujica, quien ahora va de senador) hizo cosas buenas, pero lo de la mariguana fue un error”, dice un uruguayo de a pie en la emblemática calle Sarandi.
Pese a los controles la venta clandestina de la mariguana sigue realizándose.
Ya sé, ya sé, dice Melita Peláez, nos van a acusar de conservadores y chapados a la antigua. Eso sí, quienes obtengan las licencias para la producción y distribución, les irá requetebién. Y si no pregúntenle a los cabilderos.
1.- El Colegio Nacional se lució. La conmemoración de la llegada de Cortés a tierras mesoamericanas en 1519, hace 500 años, encuentro y enfrentamiento brutal entre dos culturas, no pasó de noche para los integrantes de El Colegio Nacional, quienes organizaron una semana para el IV Encuentro Libertad por el Saber, esta vez dedicado a la memoria de ese gran y entrañable mexicano Miguel León Portilla.
Con la coordinación de Leonardo López Luján y de Eduardo Matos Moctezuma, las aulas de El Colegio Nacional fueron un oasis del saber, un espacio de conferencias y mesas de debate en las que se reflexionó con los enfoques expertos de la historia, la medicina, la lingüística, las matemáticas, la astronomía, la filosofía, la geología, la arqueología, la biología, la literatura y el derecho.
Además de la conferencia magistral de Matos Moctezuma y el cierre de Juan Villoro, se analizaron los mitos y realidades de la Conquista; el oro de Moctezuma, del deseo al desencanto; la palabra negra y roja, el encuentro del dos mundos a través de la poesía; las culturas originarias; el Templo Mayor; las estrategias de guerra en la Conquista; una mesa inédita: Genes, Genomas y Lenguajes. Todo esto como un reconocimiento posmortem a la memoria del gran sabio mexicano, Miguel León Portilla, el gran Tlamatini.
Se trató de un gran esfuerzo de los participantes y de su presidente, el arqueólogo Leonardo López Luján, el más jóven en presidir esta institución en los 76 años de El Colegio Nacional.
Sin duda este encuentro fue un alimento para el espíritu, que nos hacía mucha falta.
2.- El proveedor más importante de tecnología para la industria del libro, MVB, anunció el lanzamiento de una herramienta digital para establecer un catálogo de libros publicados en México, Metabooks, en colaboración con la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM) y la Feria del Libro de Frankfurt. Felicidades.