En la confrontación entre Ackerman y Bergman no hubo perdedores, ambos ganaron: él se queda en canal once y ella va a otra televisora. Desconozco la discusión que llevó a la escena sucedida, pero sí conozco la entera trayectoria de John Ackerman, un académico respetable, un científico incluyente, a favor de la integración, del respeto, de abolir la desigualdad, de la libertad, que no debe ser etiquetado en sección de violencia de género porque es injusto e inexacto, aunque venda la noticia, cuando de ello no hay certeza. John es un valioso elemento de canal once, que, gracias al amplio criterio colectivo que allí impera se decide cancelar el programa desgastado para iniciar otro renovado entrando el 2021.
La supuesta misoginia o machismo que se le atribuye a John a partir del desencuentro con la señora Berman, no lo es. Es quizá el enérgico carácter de apariencia presuntuosa que puede en ocasiones presentar John, a lo que en inglés se le dice “being cocky”, o sea, reconocerse como dueño de la verdad basado en el real conocimiento que posee. Se le puede oír de pronto discutir en lugar de dialogar sobre un tema, defendiendo con pasión su punto de vista, esa es su personalidad, que ¿John se siente piel adentro un ser superior? Pues ahí sí cabe el respeto hacia cada cual en su bregar y en el lidiar con su interioridad. Maltratar a una persona, no es lo suyo, y menos por su género.
Ignoro qué pudo expresar o hacer el señor para que la señora se sintiera insultada o maltratada. Pero sé a ciencia cierta que John ama y respeta a las mujeres y las mujeres a John. Lo demás son conjeturas emanadas de un evento, que como bien se expresó, de éste por carecer de otro se cuelga la oposición para intentar golpear, sin éxito, al gobierno transformador de conciencias. Lo que haga o no haga el académico de canal once sólo lo atañe a él, uno entre millones que impulsan esta cuarta transformación, y a su grupo de trabajo. Lo que decide hacer o no la televisora será a favor de sus usuarios, de los ciudadanos, con base en el bien hacer del respeto, del conocimiento y de la libertad de expresión, y es justo lo que está haciendo.