En tan mal estado se encuentra la nación que incluso los que siempre han estado junto, detrás o ligados al poder (es decir, al presupuesto), se han cansado o se dicen agotados del PRI, el PAN y el PRD (PRIAND), y ahora les urge proclamar su independencia. Tal es el caso de Jorge Castañeda Gutman, entre otros, que desea ser candidato a la presidencia de la república. Otros, incluso si desde una posición político-burocrática, como Miguel Mancera o Jaime Rodríguez, cobran puntualmente la quincena y han sido consistentes usuarios del erario.
En su deseo de ponerse al medio de esta clase independiente (dando de codazos o simulando darlos, pues recuérdese que hay acuerdos intra-independientes), Castañeda Gutman promueve su libro, Sólo Así. Por una agenda ciudadana independiente (título soso, creo), en cuya presentación en Hermosillo, Sonora, según nota del Reforma (01-06-16), dijo que sólo ve dos alternativas para 2018: López Obrador (de su total desagrado por “populista”) o un independiente. Y claro, él ya está apuntado reclamando para sí el derecho de pernada de la independencia, pues en 2006 buscó ser candidato por esa vía sin lograrlo.
Con la mira en el horizonte 2018, Krauze Kleinbort es más generoso que Castañeda Gutman, pues, agobiado asimismo por el PRIAND, encuentra no 2, sino 3 posibilidades para la presidencia: López Obrador (de su total desagrado también por “populista” y, guay, por encarnar el peor mesianismo concebible: el tropical), un independiente (aunque todavía no ve al “bronco” norteño que dé la cara a nivel nacional; y eso que esta criatura anda exhibiéndola por donde puede) o un joven surgido, como si dijéramos, por fecundación espontánea, un chavo (güey) de la generación X o un millennial, a los cuales hace un candoroso llamado “para que se organicen. Tienen que clausurar su adolescencia. Pasar de la indignación de las redes sociales a la construcción institucional. Aún estamos a tiempo de un candidato nacional joven” (entrevista para El País; 12-05-16). Candor también registrado y cuestionado por Sergio Aguayo en “¿Urna o calle?” (el otro; 29-05-16): “Es una salida fácil e irreal asignarle a un líder providencial la tarea de enfrentarse a cúpulas parapetadas en instituciones férreamente controladas.”.
Por mi parte, en mi comentario a las respuestas de Krauze a El País, establecí que, aunque de acuerdo a ellas está planteada ya “la ruta del 2018: 1. López Obrador. 2. Más de lo mismo; PRIAN y sus combinaciones. 3. La esperanza del ‘Independiente Auténtico’ o ‘El efebo tardío y mítico, salvador y mesías cuasi-juvenil’”, también es cierto que “Por el momento, en el mexicano horizonte no se vislumbra a semejante criatura: ni a ‘El Independiente Auténtico’ ni al efebo tardío y mítico que surgiera de manera espontánea; una especie de salvador o mesías juvenil” (SDPNoticias.com; “Sobre la entrevista de Enrique Krauze en @El_Pais; @lopezobrador_”; 15-05-16).
Volviendo al excolaborador de Cuauhtémoc Cárdenas y Vicente Fox (se ha movido de la izquierda a la ultraderecha), es evidente que Castañeda ha dado constantes muestras de escasa independencia. Una de las más recientes, su presencia protagónica –invitado por Fernández de Cevallos, “El Jefe”, y junto a Salinas de Gortari, “El Jefe de Jefes”, Calderón Hinojosa, Carlos Slim, Norberto Rivera, etcétera- en la reunión de la mafia del poder en Querétaro que fuera involuntariamente exhibida por Xóchitl Gálvez (dijimos que ya no se entrecomilla “mafia del poder”, porque ese festín representa el testimonio visual de su existencia; “La mafia del poder y el peligro para México”, SDPNoticias.com, 14-03-16). Porque esa sigue siendo la pregunta para los “independientes”, aparte de la formalidad de la ley, ¿independientes de qué y para qué?
Hasta ahora, la única perspectiva, el único objetivo en la mira de los “independientes” es impedir la llegada al poder de quien se opone de manera específica y manifiesta a esa mafia. Como si para ello trabajaran coordinados. Y es natural que en la lógica del poder así sea, mas hay que tenerlo claro.
Por lo pronto, Jorge Castañeda Gutman aparece ante el público como muy quemado y poco creíble para ser un independiente verdadero (y aunque se apellide Buenhombre, apenas si entusiasma el voto de la familia) y bastante recorrido como para aspirar en convertirse en el mítico efebo tardío krauziano; aunque sea muy mamón y le digan “El Güero”.