“En su obra Ideas sobre el ‘Idiota’ de Dostoievski observa Hermann Hesse que la disolución o descomposición de la realidad (en el sentido ingenuo en que solemos imaginarnos la realidad) adquiere en las obras de Dostoievski una singular penetración. Para Hesse, esta moderna tendencia al caos está encarnada sobre todo en la figura del príncipe Myschkin, héroe de la novela El idiota. ‘El idiota — escribe Hesse— ‘no rompe las tablas de la ley; se limita a darles la vuelta y muestra que en el reverso está escrito lo contrario”, leo en el libro ¿Es real la realidad?, de Paul Watzlawick (editorial Herder).
Lo anterior sale a colación por las vacaciones tomadas en Oaxaca por el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell. Quien desea pasarse de listo regularmente se pasa de idiota o, en el mejor de los casos, se pasa de tonto. López-Gatell ha iniciado el año de la peor manera porque se ha manifestado como un funcionario incoherente, incongruente, inconsecuente y hasta frívolo.
El problema reside en el párrafo inicial de esta columna, en la cita. Para la 4T y hasta para el presidente Andrés Manuel López Obrador este funcionario público no rompe las reglas que él mismo impuso, “se limita a darles la vuelta”. El problema es de credibilidad: las cifras de Hugo son cifras macabras. Primero dijo, ajustando las estadísticas, que habría 6 mil muertos, luego 30 y, lo terrible, 60 mil. Ahora que existen más de 120 mil muertos, pocos le creen. Perdió toda credibilidad y, por tanto, tiene la percepción ciudadana en contra.
El problema es de contradicción. No se puede conminar a los ciudadanos a quedarse en casa para luego volar, sin cubrebocas, a Oaxaca a tomar unas vacaciones. Al querer hacer tontos a los mexicanos, el único que queda mal es él. Esta contradicción ha sido condenada en otros países que se toman muy en serio la pandemia.
El 7 de abril de 2020 BBC News Mundo publicó: “El ministro de Salud de Nueva Zelanda, David Clark, se ha llamado a sí mismo un ‘idiota’ tras haber quebrado la cuarentena de su país por covid-19 al desplazarse con su familia a la playa.
“Clark admitió que su viaje de 20 kilómetros fue ‘una clara violación de los principios del confinamiento’.
“El político le presentó su dimisión a la primera ministra Jacinda Ardern, pero por ahora permanecerá en el cargo debido a la crisis sanitaria”.
¿Cuáles fueron las palabras de dimisión de David Clark?
“En este momento, estamos pidiendo a los neozelandeses hacer sacrificios históricos y les he decepcionado. Soy un idiota, entiendo que la gente esté enojada conmigo.”
Hace tres días el San Diego Union-Tribune informó: “El ministro de finanzas de la provincia más poblada de Canadá renunció el jueves tras irse de vacaciones al Caribe durante la pandemia y aparentemente intentar ocultar el hecho al publicar un video en Twitter en el que se le ve con un suéter junto a una chimenea”.
¿Qué dijo en un comunicado el ministro canadiense Rod Phillips?
“Viajar en la época navideña fue una decisión equivocada, y de nuevo ofrezco mis disculpas totales.”
El presidente López Obrador ha exonerado a López-Gatell en la mañanera de hoy: “Ha estado trabajando bastante (…) ha estado cumpliendo cabalmente con su responsabilidad. Es muy buen servidor público, un especialista muy profesional”.
En un país de transparencia y de rendición de cuentas es inadmisible proponer unas tablas de la ley para luego incumplir las reglas. Andrés Manuel López Obrador se equivoca con Hugo López-Gatell. Mantenerlo en su puesto socava la credibilidad de la 4T. Y Hugo López-Gatell, por fidelidad a esta 4T, debiera poner su renuncia en el escritorio presidencial… a menos que deseen que, en el cambio de narrativa, quieran que la invitación de asilo a Julian Assange le salve el bronceado pellejo.