AMLO como un ciudadano común y corriente

Hace un par de días un pasajero en un avión comercial grabó al presidente López Obrador mientras éste “hacía cola” para ocupar su asiento en un vuelo hacia Ciudad Juárez, Chihuahua. Este vídeo fue rápidamente viralizado en redes sociales y medios de comunicación nacionales.

Estos eventos pintorescos de ver a AMLO como un ciudadano común y corriente en salas de espera en aeropuertos a lo largo del país se han convertido en sucesos frecuentes. Sin duda era de esperarse, pues no todos los mexicanos hemos tenido la oportunidad de viajar al lado, delante o atrás del presidente de México. Uno simplemente toma su teléfono móvil y comienza a grabar el momento.

Vamos a ver. Es verdad que el Dreamliner de 220 millones de dólares utilizado por Enrique Peña Nieto se distinguía por un excesivo lujo y boato, pues contaba – o cuenta- con una capacidad para uso comercial de más de doscientos pasajeros. Según ha trascendido, se gastaba una gran cantidad de recursos en el mantenimiento de la aeronave, sumado a que se servía bebidas alcohólicas y alimentos de alto costo. En este tenor, suscribo plenamente la idea de que el avión presidencial representaba un exceso para el presidente de un país con más 60 millones de pobres.

Sin embargo, el hecho de que AMLO viaje en aviones de aerolínea es excesivo.

¿Por qué no volar en un avión privado pequeño y relativamente austero? Ciertamente sin los bocadillos y el champán, y mismo, sin aeromozos; pero algo digno para el presidente de México. Al día de hoy resulta inconcebible que el mismísimo jefe del Estado deambule por el mundo como si se tratase de un mexicano cualquiera. No lo es. ¡Es el presidente de México! ¡El jefe del Estado mexicano! ¡El comandante supremo de las Fuerzas Armadas! ¡Otorgue señor presidente a su investidura el honor que merece!

El populismo de AMLO no conoce límites.

¿Tendrá conciencia AMLO sobre los peligros que conlleva viajar en aviones comerciales, principalmente en un México tan profundamente polarizado y ante una sociedad tan lastimada moralmente por la crisis económica y sanitaria? No hace mucho un grupo de pasajeros insolentes profirieron insultos y groserías al presidente en un vuelo de Aeromexico. Por otro lado, no olvidemos el riesgo que conlleva para los propios pasajeros y la tripulación el hecho de que el presidente viaje con ellos.

El populismo de AMLO no conoce límites. El presidente ha optado por arriesgar su integridad física y de terceros, y por menospreciar su investidura presidencial, con el único objetivo de demostrar al pueblo de México que él es uno más de ellos. Para ello, existen otras formas.