El racismo han sido un rasgo predominante en Occidente
El día de ayer Emmanuel Macron, presidente de Francia, presidió una ceremonia oficial con motivo del Día Nacional de la memoria de la Trata, de la Esclavitud y de su Abolición, en el contexto de los veinte años de la promulgación de la ley Taubira, texto vigente desde 2001, al momento que Jacques Chirac decretaba el 10 de mayo como la jornada oficial del recuerdo de la abolición de la esclavitud en ese país.
En esta tesitura, bien vale recordar que Francia ha sido el primer país y único país en decretar la trata de esclavos como un crimen contra la humanidad. El evento tuvo lugar en el Jardín de Luxumburgo, sede del Senado francés, y estuvo marcado por un emotivo discurso por parte del jefe del Estado.
Si miramos hacia el contexto histórico, veremos que la trata de esclavos y el racismo han sido un rasgo predominante en Occidente, no exclusivamente de las potencias coloniales, sino también de nuevos paises independientes a lo largo del siglo XIX. Si bien el Imperio británico fue el primero en abolir esta perversa práctica en vigor desde tiempos inmemoriales, otros le siguieron y fueron adaptando leyes dirigidas a desterrarla y a reconocer paulatinamente los derechos inalienables de todos los ciudadanos.
México, una vez consumada su independencia a inicios del siglo XIX, no ha sido un país esclavista, pero sí que ha realizado prácticas que han atentado contra los derechos de las minorías. El lector recordará el tratamiento recibido por los indios yaqui en Sonora durante la presidencia de Porfirio Diaz o el rechazo hacia otras comunidades indígenas en estados como Chiapas y Guerrero.
Esta discriminación pervive en nuestros días, y no se ciñe a las minorías indígenas, sino que se extiende al ámbito urbano con la discriminación hacia los mexicanos de tez más oscura. Recordemos, en este contexto, los serios estudios realizados por instituciones como el Colegio de México, los cuales condujeron a las conclusiones de que ciertos mexicanos suelen padecer de mayores dificultades para el acceso a un empleo mejor remunerado, mientras sufren discriminación y racismo de sus conciudadanos con rasgos criollos o de tez mas clara.
En suma, el ejemplo de Francia, en tanto que país cuna de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789) debe ser emulado por todos. En el caso de nuestro pais, no estaría de más que el Estado reconociese las violaciones históricas contra las minorías étnicas, y que a su vez, el Congreso adoptara legislación que hiciese posible el resarcimiento de las tropelías cometidas contra tantos mexicanos.