Una fuerza política naranja

Movimiento Ciudadano es un partido relativamente nuevo en la política mexicana. Fue fundado en 1999 bajo el nombre de Convergencia por la Democracia. 

El lector recordará que este partido, aún con su antiguo nombre, apoyó a las coaliciones de izquierda encabezadas a la sazón por el PRD. Postuló a Cuauhtémoc Cárdenas en las elecciones del 2000, lo que resultó infructífero ante la clara victoria de Vicente Fox; apoyó a Andrés Manuel López Obrador en 2006 perdiendo las elecciones ante al panista Calderón; integró la alianza electoral de AMLO en 2012, y finalmente, tras su cambio de denominación, nominó a Ricardo Anaya en 2018.

Sobre la última elección presidencial los mexicanos no olvidamos a Yuawi López, aquel carismático niño que protagonizó los spots de MC en favor de Ricardo Anaya, así como esa simpática canción que invitaba a apoyar al “movimiento naranja”. El propio candidato panista, con esa voluntad tan propia de presentar un rostro juvenil, tocaba instrumentos musicales al lado del joven Yuawi. No cabe duda, en el contexto de la contienda electoral, que aquellos spots se tradujeron en un buen número de votos para el abanderado panista.

Hoy Movimiento Ciudadano se presenta como un partido político que ofrece a los votantes la opción de desmantelar - o intentarlo- el super poderoso aparato construido por López Obrador y por Morena, y a la vez, presentar candidatos que permitan a los mexicanos castigar a los partidos de siempre, es decir, al PRI, PAN y PRD, en su alianza electoral dirigida a arrebatar al partido oficial la mayoría en la Cámara de Diputados.

A pesar de su relativa juventud, Movimiento Ciudadano cuenta hoy con 27 diputados, 8 senadores, 1 gobernador (Enrique Alfaro en Jalisco) y 104 alcaldes. El partido presenta, para los próximos comicios, candidatos bien conocidos como Salomón Chertorivski para diputado por la Ciudad de México, Samuel García para la gubernatura de Nuevo León, y Luis Donaldo Colosio Riojas para la alcaldía de Monterrey; rostros jóvenes que podrían ser capaces de introducir un aire fresco a la política mexicana, o al menos, ése es el mensaje del partido.

Sin embargo, ante un Morena implacable y que amenaza con ganar la mayoría de los gobiernos estatales en disputa y la ratificación de la mayoría calificada en la Cámara de Diputados ( con sus satélites) un voto por Movimiento Ciudadano puede representar la división de la oposición. Ello aplica, sobre todo, para los distritos federales uninominales y para los gobiernos de los estados.

Si bien es verdad que en aras del mejoramiento de la salud democrática de México los votantes merecemos contar con opciones ajenas al impresentable Morena (y sus aliados) y a los rancios PRI, PAN y PRD, la división del voto opositor (léase, votar por MC) puede traducirse en una victoria para el partido oficial. Por lo anterior, bien valdrá la pena dedicar un tiempo a revisar el estado de la carrera política en los distritos en los que habitamos. Movimiento Ciudadano podría resultar, sin quererlo, un aliado de Morena.