Las similitudes de la política y el fútbol 

Los partidos hay que jugarlos, dicta la prudencia. La sabiduría del juego indica que los juegos no se ganan con la pura camiseta ni con el mero nombre: la superioridad y la calidad debe reafirmarse en cada juego.

La final del Mundial de Clubes enfrenta a los Tigres de Nuevo León con el todo poderoso Bayern Munich. Ningún apostador serio le da a los Tigres más del 5% de posibilidades de ganarle a la aplanadora alemana.

Es normal, el Bayern luce invencible, el costo de su plantilla de jugadores, casi todos verdaderos cracks, es 15 veces más caro que el de los felinos regiomontanos.

Hay muchas similitudes entre política y fútbol, por ello, cabe hacer una analogía del Tigres-Bayern con las elecciones del 6 de junio que presentará el duelo MORENA-PRIAN. El duelo electoral luce también muy desequilibrado a favor de MORENA, pues las encuestas y las casas de apuestas dicen que ganará tranquilamente la Cámara de Diputados y al menos 14 de las 15 gubernaturas en juego.

Así, los Tigres y el PRIAN lucen como víctimas inexorables, obligados a apelar a fuerzas sobrenaturales o a un verdadero milagro para eludir la catástrofe. El Bayern es el campeón de la Champions League de Europa, la cual ganó arrasando de forma inmisericorde a los mejores equipos del viejo continente, incluido el Barcelona de Messi en una masacre que quedó 8-2 a favor de los teutones.

Por su parte, MORENA arrasó en 2018. Propinó una verdadera paliza al PRIAN, les arrebató la Presidencia de la República con una avalancha de votos, los humilló ganándoles más de 220 de 300 distritos electorales para la Cámara de Diputados y casi todos los estados para la integración del Senado. Y en las encuestas rumbo a las elecciones, el pronóstico es que volverá a arrollar. A eso hay que sumar la popularidad del Presidente López Obrador, que se mantienen amplia y creciente a pesar de crisis y descalabros.

¿Qué debemos esperar de Tigres-Bayern y MORENA-PRIAN?

Para empezar, un buen espectáculo, que cada uno de los jugadores dé todo lo que tienen. Desde luego, me gustaría que en el duelo futbolero los Tigres dieran el gran campanazo, pero insisto, es casi imposible.

Lo que no debemos descartar son las sorpresas. Una mala noche y exceso de confianza del Bayern, un juego errático del bombardero Lwandoski, una actuación fatídica del portero Neuer; en combinación con una epifanía de los Tigres, una exhibición sublime de Gignac, una resurrección épica de Aquino, un arrebato de maestría del Tuca. Es poco probable, pero ha ocurrido, y si no, recuerden el “Maracanazo” de 1950 que todavía lloran los brasileños.

Para las elecciones de junio, ¿cuál sería el símil?: Un exceso de confianza de MORENA, querer ganar “con la camiseta”, subestimar la experiencia y las maquinarias del PRIAN y sus 25 gobernadores, menospreciar la ambición sin escrúpulos de la oposición, persistir en la soberbia de postular candidatos siniestros. Sobre todo, incurrir en el pecado de la autocomplacencia y no reparar en el creciente clamor popular que exige medidas para enfrentar la crisis de salud, la crisis económica, el incremento de la pobreza.

Pensar que con el fantasma del 8-2 al Barcelona van a derrotar a los Tigres sin despeinarse, puede ser fatal para el Bayern, se pueden llevar la sorpresa de su vida. Pensar que son la encarnación de todas las virtudes y que López Obrador es el Dios todo poderoso que espantará al PRIAN, puede ser fatídico para MORENA, se pueden llevar una gran sorpresa. Es poco probable, pero ha ocurrido; para no ir muy lejos, apenas en las elecciones de Hidalgo y Coahuila de octubre del año pasado, la maquinaria del desprestigiado PRI le ganó a un confiado MORENA. Sobre todo, en Coahuila, donde le propinó un humillante carro completo.

Que ruede el balón y que gane no el que lo merezca, ni el más fuerte, sino el que dicte la fortuna.