“Lo conozco de toda la vida y se que jamás haría algo así”, es lo que aseguran todos los amigos, familiares y fans del skater mexicano Mario Saenz, mismo que se encuentra detenido como principal sospechoso por la muerte de su pareja.  Él, un talentoso skater mexicano, propietario de Zarape Skateshop, ídolo de miles de niños y demás apasionados del skateoboard.

Y sí, efectivamente, se trata de un chavo guapo, buenísima onda, sonriente, talentoso y emprendedor… y ¿a poco, sólo por eso no puede ser un feminicida?… ¡Por favor!

Recordemos algo, el feminicidio es la muerte violenta por razones de género y es la forma más extrema de violencia contra la mujer. (En el código penal, el feminicidio se encuentra tipificado en el artículo 325).

 

No podemos defender a alguien por su linda cara, tampoco debemos olvidar que aquí hay una persona que ya no regresará: Victoria Salas. Ella no podrá defenderse, jamás. A diferencia de Mario Saenz, ella no desahogará pruebas para recuperar la libertad, o pagará una fianza para salir lo antes posible del reclusorio, tampoco abrazará a sus padres, ni se defenderá de los que hoy la juzgan.

 

Puede haber muchos panoramas, sí, pero dejemos de hablar en plural “estamos viviendo, estamos cansados, estamos decepcionados”, en realidad no estamos padeciendo de nada, tampoco estamos sufriendo, ellos sí, los familiares de la chica muerta.

Y esto no tiene que ver con la pasión de un deporte extremo, no tiene nada que ver con cuánto admiras a tu ídolo, se trata de justicia por la muerte de alguien.  Esto simplemente no puede quedar como el típico caso donde la muerta es la culpable, nada más porque “nadie estuvo ahí, más que Dios y ellos”.

¿de que se le acusa a Mario Saenz? 

#justiciaparavictoria